Con piletas públicas que ya comenzaron a trabajar esta temporada primavera-verano, se iniciaron en paralelo los operativos de control para verificar que estén en condiciones y en regla. Por lo pronto, los días de sol y temperaturas templadas -registradas en las primeras semanas de noviembre- favorecieron a los inversionistas y emprendedores de los establecimientos. Hay que recordar que en el verano último habían hecho una pésima temporada, acosados por las condiciones meteorológicas adversas y ahora se entusiasman con un ciclo más benigno. Consultada sobre las gestiones de habilitación, la directora de Medioambiente de la Municipalidad, Belén Pezuk, describió que alrededor de 20 responsables de piletas iniciaron sus trámites en octubre y las carpetas de habilitación siguen ingresando a su área.Así, los primeros días de este mes, el personal del departamento de Seguridad e Higiene que depende de la Dirección de Medioambiente Urbano inició los operativos de inspección en lugares donde comenzaron la actividad desde el pasado 11 de noviembre. “Hay controles en piletas que se hacen durante todo el año, clubes o centros de rehabilitación, ya sea porque tienen el requerimiento de usarlas todos los meses; sin embargo no superan la cantidad de diez establecimientos, la mayoría de los pedidos tienen curso en éstas fechas”, explicó la funcionaria ante la consulta de este Diario.Importancia socialLas altas temperaturas que se registran en la ciudad durante el verano muestran la importancia social de las piletas. Aunque existe una respuesta con los balnearios municipales tanto desde El Brete como Miguel Lanús, que ya muestran fisonomía de temporada con gente tomando sol o nadando en sus instalaciones, la demanda de piletas se mantiene desde hace varios años. Miguel Prokopio, un mediano empresario que explota sus instalaciones en calle San Marcos, entre Cabred y Maipú contó algunas características del servicio. “En general, entre quienes explotamos las piletas tenemos un horario y precio consensuado que va de 10 de las mañana a las 20 horas. Los precios no superan los 150 pesos, nosotros cobramos 120 pesos”, explicó. “Contamos con un guardavidas que esté debidamente contratado, esta persona presentó su título, su revalida y carnet sanitario. Una vez que cumplimos con la carpeta, se procedió a una inspección para verificar que la pileta reúne las condiciones para poder trabajar”, explicó. Sobre la subsistencia del emprendimiento hace una década, Prokopio destacó que al tratarse de un emprendimiento familiar, sus miembros participan en los quehaceres de mantenimiento sin la necesidad de contratar un número amplio de personal.“El control del agua y del establecimiento es permanente. Hacemos un trabajo muy riguroso para brindar seguridad a nuestros usuarios”, detalló Prokopio, en vista del interés en las cuestiones de higiene y salud. Por el momento unas 20 piletas iniciaron las gestiones para empezar a trabajar este mes y a principios de diciembre como máximo. No obstante, en el alto verano el número de piletas sube drásticamente y se acerca a las 45 piletas porque se incluye el control de las piletas de los hoteles, porque la ordenanza que regula el uso de natatorios públicos así lo requiere.Requisitos obligatorios Aparte de la presencia obligatoria del guardavidas desde la apertura hasta el cierre del local, las piletas deben contar con un seguro de responsabilidad civil vigente. Tienen que ser área protegida (mediar un contrato con alguna compañía de salud que brinde algún servicio de ambulancia) para que ante cualquier incidente se recurra a ese medio.Indicó la Directora de Medioambiente: “Hay cuestiones de seguridad in sutu de la pileta como la existencia de un cerco perimetral, botiquín de primeros auxilios, salvavidas, y elementos de seguridad y protección solar para el guardavidas. Cosas que se verifican en los controles y tienen que estar. La mayoría trabaja de manera tal que puede mantener en buenas condiciones y con mucha actividad, porque es una necesidad una ciudad que ha crecido tanto”.Proyecto para modificar la normaEn total la lista de natatorios que van a permanecer abiertos durante el verano llega a un máximo de 45, porque se incluyen las instalaciones hoteles. Ese es el número promedio de instalaciones que existen en la cuidad entre piletas públicas, clubes, centros de rehabilitación y hoteles. "Los requisitos contemplados en la norma que regula su uso no se hace una separación entre clubes, piletas públicas u hoteles, por ejemplo. Donde hay una pileta de uso público debemos hacerla cumplir pero hay un proyecto para modificar la ordenanza", explicó Belén Pezuk.La norma, establecida en el 2006, requiere una actualización, en opinión de Pezuk, quien explicó que desde su oficina ya se realizó una propuesta para incorporar variantes.Especialmente para adecuar la norma a la realidad de los hoteles y los centros de rehabilitación, a los cuales se les exigen los mismos requisitos que a una pileta de natación, por ejemplo y se está trabajando para diferenciarlos."Estamos creando otra figura a la del guardavidas, que vendrá a ser el responsable. Esto siempre y cuando esté al cuidado de piletas de pequeñas dimensiones y se diferencian de las olímpicas o publicas “, expresó. .
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