La política de tasas altas del BCRA, que distingue a la Argentina en un mundo que va en sentido contrario, se implementó en el marco de la adopción del sistema de metas de inflación, un aspecto central en la política del gobierno de Mauricio Macri de trazar un muro infranqueable entre su plan económico y el que se impulsó en la década pasada. El objetivo de domar a la inflación con barreras mensuales fijas no obtuvo, sin embargo, los resultados esperados. En la medición correspondiente al pasado mes de octubre, según informó ayer el INDEC, el Indice de Precios al Consumidor (IPC) subió 1,55 respecto al mes anterior, cifra correspondiente a un 19.9 anual. Anticipando los resultados de ayer, el economista opositor Guillermo Nielsen, había asegurado que la inflación no está bajando, y a fin de año habrá una fuerte suba de precios que, en realidad, vienen subiendo sostenidamente pos elecciones. Lo más probable es que estos incrementos den por tierra con la esperanza de que la realidad no se aleje demasiado de la meta de 17% para este año, que se impuso el BCRA, y en 2018 la autoridad deba rever sus objetivos. Si bien en el gobierno no se quiere reconocerlo, hasta el exministro Prat Gay se expresó ayer en forma crítica respecto a la política del BCRA, señalando que la autoridad monetaria “no da señales claras” y eso es la “una de las razones por las que la inflación dejó de bajar”. Viniendo del primer titular de Hacienda del gobierno macrista, no habría que subestimar este diagnóstico que apunta a la necesidad de correcciones, pero que además sugirió una “falta de discusión” de las políticas del área financiera en los más altos niveles de gobierno. El exministro resaltó, en este aspecto, que el Banco Central “está operando como si no se hubiera corregido las metas fiscales” y opinó que después que se apruebe el paquete de reformas que impulsa el gobierno se deberá reformar la política concerniente a la inflación.Prat Gay, no obstante, al hablar en un coloquio privado, insistió en que la “dureza” de las metas es un problema y ligó a ello algunos datos preocupantes, como que el déficit de cuenta corriente es hoy el más alto de los últimos 10 años, equivalente al 4% del PBI.
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