Mientras el Gobierno nacional presentaba su proyecto de reforma tributaria al Congreso, uno de los componentes del paquete de reformas que se busca aprobar en cuestión de semanas, la Iglesia Católica en la persona de monseñor Oscar Ojea, nuevo titular de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA); planteó dudas y advertencias. El también obispo de San Isidro precisó que para la Doctrina Social de la Iglesia, “el trabajo no es una mercancía”, sino que hace a la dignidad de la persona humana, y destacó que toda la sociedad “es responsable de que se puedan conservar los puestos de trabajo y se respeten los derechos de los trabajadores”. La advertencia parece indicar que los obispos perciben la amenaza al nivel de empleo y que se busca utilizar un clima político circunstancial para avanzar en medidas regresivas, como sería el caso del paquete impositivo, que a poco de presentarse ya se calificaba ayer como “un golpe a la clase media”. El Episcopado también mostró preocupación por el narcotráfico. “Que se decomise mucha droga no indica necesariamente que (el narcotráfico) esté aflojando”, dijo el arzobispo de Buenos Aires Mario Poli, quien indicó que la droga se sigue cobrando vidas “de nuestros jóvenes y niños” y sostuvo que la Iglesia observa “un aumento cualitativo del sufrimiento en los barrios”. El religioso reclamó al Gobierno “un abordaje global de la temática”. Los obispos, que hicieron estas declaraciones luego de un encuentro en el que definieron los temas que llevarán a un próximo encuentro con Macri, manifestaron que la deuda social sigue creciendo. La postura de la Iglesia, empero, apunta al diálogo, dejaron en claro. Detrás de la preocupación expresada por la CEA, sin embargo, se puede ver un diagnóstico negativo sobre la orientación de las reformas. La flexibilización laboral que se busca, presiona actitud similar en las provincias, y el también claro -aunque inconfeso- intento de bajar los haberes jubilatorios, justifican las dudas y advertencias expresadas. En los prolegómenos del tratamiento legislativo del ambicioso paquete de reformas, se impone una reflexión sobre el retroceso social que se insinúa
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