“Cuando viajé a Kenia por primera vez me enamoré. África te envuelve. No podés volver de allí siendo el mismo”, indica Yonathan Adamchuk (27), un “mulungu” (blanco en changana, la lengua local en Mozambique) que nació y se crió en Leandro N. Alem. En la actualidad vive en Córdoba pero permanentemente, viaja de un continente a otro, por sus trabajos para documentales y cine. Durante una relajada charla con PRIMERA EDICIÓN, el joven realizador explicó que fue en aquellos lugares donde encontró los rostros que quiere retratar toda la vida: la vida, la muerte, los sueños, la gente y la naturaleza africana… Por estos días, su ruta dio un pequeño viraje. Visitó Posadas para cumplir otro sueño: mostrar los retratos de sus expediciones por Mozambique, Kenia y Sudáfrica entre 2013 y 2015, que se exhibirá hasta el 15 de diciembre en el Centro del Conocimiento.“La idea de esta muestra es mostrar la otra África. No la miseria, no la fauna, los leones, las jirafas, sino mostrar dialectos cotidianos de belleza. Mostrar cómo viven, sus colores, sus formas. Cosas sencillas de gente hermosa”, contó con los ojos iluminados. La exposición cuenta con el apoyo del centro de arte de la provincia del Parque del Conocimiento y la curaduría de Carlos Vedoya. “En 2011 tuve el sueño de viajar, recorrer el mundo y documentarlo con la visión de tener la posibilidad de exponer mis fotos en Posadas, en un lugar como el Centro del Conocimiento, en mi provincia. Con todo lo que significa eso”, contó feliz. Viaje iniciático “Tuve la suerte de ser aconsejado por unos amigos para que no tome atajos en el camino de la fotografía, cuando descubrí que era eso lo que quería hacer. Estos amigos me regalaron su cámara de trabajo, con la cual empecé sin saber nada, más allá de retratar lo que me llamaba la atención”, contó sobre sí. Su intuición y sensibilidad fueron colocando los puentes, adornos -cual guirnaldas de deseos- nostalgia, amor, y personajes con mucha vida interior, para llegar a aquel continente. Lo convocó nada menos que René Stevens para documentar Kenia en 2013. En enero de 2018 volverá a aquellas tierras, en esta ocasión para filmar en Sierra Leona. Resalta Yonathan, al principio de la entrevista, que le debe mucho a su mentor Marcelo Dacher, quien lo motivó y lo formó en la fotografía y el cine. “Mi primer expedición fue a una aldea en Santa Ana, cuando realizamos el documental “Los hijos del cerro”, que hicimos con un amigo y nos fuimos en carpa a filmar y fotografiar su vida cotidiana”, dice en su biografía. Para seguir detrás de cámara entendió que debía formarse, primero lo hizo en varios workshop. Y el año pasado realizó la “Diplomatura en fotografía documental” de la UBA.Lo que no se veAlgunas vivencias de Yonathan sobre sus viajes se marcaron a fuego en su alma y él lo describe así: “En Mozambique, y en los lugares de África donde he estado, lo que no se ve es más importante que lo que se ve”, indicó. “Y con eso basta para entender que la hermosura es otra cosa, diferente a lo que creemos”.“Conocí historias de vidas muy fuertes. Estuve documentando en un orfanato, con niños enfermos abandonados allí… Antes, o al principio, los veía a todos por igual. Pero cuando empecé a ver sus caras, son muy bellos. Tienen una belleza inigualable dado por su sencillez y su estilo de vida”, describió. “Me marcó muchísimo la historia de Kevin, un niño que quería ser periodista y yo lo pude filmar entrevistando a sus amigos. Me marcó muchísimo esa historia y creo que a él también, porque me ayudó a entrevistar a muchos de los niños de su aldea”, dijo sobre algunos de esos momentos. En el plano personal, Yonathan hizo uno de esos viajes con su esposa Daniela González, donde, casi como en un cuento mágico, ambos volvieron a celebrar la ceremonia de la boda, en una aldea de Mindú (Mozambique): “Todos querían ser parte porque querían ver la boda de un ‘mulungu’, de un blanco, que se casaba allí. A mí África se me cruzó cuando Daniela me habló de su sueño de ir algún día a vivir allá”.
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