Nacemos en estado más inmaduro que cualquier otro animal. Esto implica que el ser humano necesite de los demás. Necesita de los adultos, padres, familia, amigos, etc. que le ayudarán a sobrevivir y crecer. Ya subrayó Aristóteles el papel social del ser humano. Somos animales sociales, en tanto nos agrupamos en familias, comunidades y Estados.Esta interdependencia exige revisar nuestra lógica del reconocimiento de las diferencias, circunstancia decisiva y determinante a la hora de relacionarnos y gestionar los conflictos.¿Qué pasa cuando el ex permite que el hijo adolescente salga sin rendir cuentas y el otro progenitor insiste en que debe regresar a más tardar a la 1?; ¿qué pasa cuando al vecino le molesta el ladrido del perro que es nuestro guardián?; ¿qué pasa cuando al vecino le molesta el ensayo de la estudiantina que nos apasiona?En el paradigma actual, la reacción ante la diferencia es agresiva, cuando no violenta, para imponerse al otro, tendiendo a su anulación ya sea mediante la imposición, amenazas, castigos, sanciones, escraches, etc..Cuando tenemos un conflicto, generalmente lo analizamos solo desde nuestra perspectiva y en el afán de descubrir quién tiene la razón. Aplicamos una lógica binaria -en la cual entre dos términos uno tiene supremacía sobre el otro- situándonos desde el dominio o la sumisión, dando por hecho que la verdad es una sola y, por lo tanto debe imponerse, pensando en un ganador y un perdedor. Solo hay lugar para uno.Entender que necesitamos al otro para resolver nuestro conflicto, nos permitirá verlo como “socio”, en el sentido de una saludable dependencia producto de la interrelación. La “interdependencia” es una condición básica del conflicto para manejar su rendimiento.En una empresa que asesoro, cuando sus directores intentaban imponerse ante las opiniones de los otros -el ejecutivo de cobranzas sobre el director de ventas y este ante el encargado de producción- generaban un estancamiento que les impedía tomar decisiones, con el costo que esto implica en una empresa.Lo mismo sucede en algunas comisiones u organizaciones en que los miembros no logran ponerse de acuerdo y esta circunstancia interfiere en el logro de las actividades y objetivos planificados.Todas las áreas y sectores son interdependientes entre sí y no pueden avanzar ni llegar a los objetivos si una de ellas no pone colaboración.Un conflicto puede llegar a tener consecuencias constructivas o destructivas dependiendo cómo perciban las partes esta interdependencia en pos del logro de los objetivos de cada una de ellas. Para lograr esta mirada deberemos estar dispuestos a:* admitir la posibilidad de error en la propia postura;* valorar la diversidad para enriquecer al conjunto; y* percibir el desacuerdo como algo distinto de la ruptura.Manejar el conflicto ayuda a los negociadores a comprender cuán funcional o disfuncional puede ser el mismo. Abordarlo con una dinámica conversacional que permita a las partes dejar de afirmar solamente su propia subjetividad para pasar a mirar desde las múltiples subjetividades que implica la interdependencia de las relaciones permitirá canalizarlo por canales constructivos.Revisar nuestras ideas a la luz de nuevos enfoques, nos permitirá pasar de ser socios en el conflicto a socios en la paz, hay lugar para todos.ColaboraValeria [email protected] 3764510132
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