Habrás escuchado muchas veces decir: “tenemos derecho a estar tristes”, te voy a decir por qué. No es lo mismo estar tristes que estar depresivos; la tristeza es una emoción que surge a raíz de una desilusión, una separación, el fin de algo, una muerte o lo que sea que te haga sentir triste; en cambio la depresión es la instalación de esa tristeza en nuestros días, en nuestra vida. En la depresión hay trabajo mental, nos empecinamos en dar vueltas sobre un tema que no aceptamos que sucedió y nos hizo sentir tristes, colocamos la cabeza a esa situación en vez de sentirlo para luego soltarlo.Supongamos que en nuestro corazón existen puertas, una a los conocimientos, otra a las relaciones, otra puerta a la abundancia y una por donde entran y salen las emociones, todo lo que sentimos. Todo el tiempo sentimos, no hay un instante en que no estemos bajo una emoción. El problema surge cuando en el afán de “no sufrir”, no estar tristes, no sentir aquello que nos dolió puede ocurrir que cerremos la puerta de las emociones y no sintamos nada efectivamente, pero adiviná qué, no solamente vas a dejar de sentir tristeza también vas a dejar de sentir alegrías, puesto que no puedes controlar que algunas entren y otras no, así como no puedes controlar que sucedan cosas que nos agradan y cosas que no, y así nos convertimos en seres apáticos. Lo que sí puedes hacer es tramitar esas emociones, gestionarlas de una manera que te sean saludables para tu bienestar psíquico y también físico porque al negar algo y reprimirlo solo lo estás posponiendo, ya el cuerpo lo manifestará y te lo recordará hasta que le prestes atención y lo gestiones.¿Cómo gestionar la tristeza, el enojo, y todas las emociones que duelen o nos hacen enfrentar con la parte oscura de nuestro existir? De varias maneras, primero reconociendo que es parte de la vida, aceptando, así como la enfermedad, la pobreza, que son necesarias de alguna forma porque si no existieran no daríamos valor a la salud, la riqueza y las alegrías.Llorar es nuestra herramienta de sanación por excelencia, permítete llorar todo lo que sea necesario. Es como limpiar de adentro hacia afuera. Ese día que te encuentres triste, si puedes tomáte el día o hazlo el fin de semana, un día para atenderte y mimarte de la manera que más gustes, como si estuvieras enfermo de gripe, porque no solo el cuerpo se enferma, el alma también solo que no le damos importancia.ColaboraNatalia de las NievesTerapeuta MotivacionalEn Facebook: RincónDe Luz y Bienestar3764-4366593
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