La selva que está en las estribaciones orientales de los Andes debe contarse entre las junglas más impenetrables de América del Sur. Aquí, donde la cuenca del Amazonas choca contra la doble cordillera de los Andes, se encuentra la puerta entreabierta de un mundo en su mayor parte desconocido hasta hoy. Allí se contempla una de las primeras etapas de la evolución. Los primeros insectos y reptiles aparecieron en la época del carbón de piedra. Las tortugas, el caimán y las serpientes, incluso la más grandes del mundo: la anaconda. En este mundo de lo original resulta a veces difícil distinguir la planta del animal. Ramitas de repente sacan patas y comienzan a correr. Sobre el suelo se deslizan insectos que parecen perfectamente hojas de árbol, aparentes manchas sobre las hojas camuflan los ojos. Musgo pegado a un tronco del árbol resultan ser en realidad orugas. Resulta misterioso no solo en la fauna y la flora también en el ambiente medio humano; el invento más conocido son las bodoqueras y el curare, armas que inventó el indio de la selva amazónica que vive en este ambiente antediluviano, no muy lejos de la creación, preso contra la fuerza de la naturaleza, fuerza mágica y mística. La historia de los aucas, cuentan entre los más primitivos, como así de la tierra. También los jíbaros reducidores de cabezas. Todo se pierde en la penumbra de la jungla amazónica No sabemos casi nada de ellos. No se encuentran animales grandes, hay ausencia total, un sinnúmero de insectos de todas clases. Las cinco mil especies de hormigas guerreras que existen en el mundo, la mayor parte vive en la región amazónica Sus ejércitos poderosos y bien organizados cuentan los más asombrosos del mundo animal. Sus bosques de treinta a cuarenta metros de altura donde duermen las perezosas, el cuerpo espín de árbol, la flor de balsa que nunca baja al suelo y monos tambores de hueso; producen unos gritos que se escuchan a kilómetros. Después de las lluvias caminábamos la selva una humedad terrible se eleva del suelo cubierto de hojas, un colchón de hojas descompuestas y tendía paños de vapor a la altura nuestra. La vegetación esa como una casa llena de vida, pájaros, monos frutas cacau, apí (mandioca), tacuara, ñame, pescado. En el monte hay mucha vida útil. Dice Yaí: estas tierras son nuestras, españoles y portugueses recularon, hormigas y gibaros los combatieron. A estas tierras, se les dice tierra de nadie o del Tratado de Tordesillas.Haiku¡Reza tan solo reza!dice el rocío y se evaporaColaboraAurora Bitó[email protected]
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