Tras la anunciada victoria electoral de Cambiemos en la mayoría de los distritos, la cual le dio un fuerte respaldo al Gobierno nacional en mitad de mandato, y por ende se estima que permitiría al macrismo pilotear con éxito las presidenciales de 2019, el Presidente se apuró a anunciar su intención de acelerar los tiempos para la reforma laboral, previsional e impositiva. En ese contexto, el mandatario también volvió a manifestar su apoyo a los reclamos de la gobernadora Vidal sobre el Fondo del Conurbano bonaerense, y ratificó su intención de convocar a los gobernadores y al Jefe de Gobierno porteño a una reunión para la próxima semana en Casa Rosada, en la que se discutirán reformas “institucionales, electorales, políticas y económicas”. Detrás de los anuncios reformistas se puede ver un interés en capitalizar con celeridad el apoyo electoral trasformándolo en medidas concretas en diversos frentes, muchas de las cuales están lejos de haber sido presentadas con objetividad y en todas sus implicancias al electorado. Como la explicación dada al aumento de las naftas o el voto electrónico, que se promueve en base a un supuesto uso generalizado “en el mundo” que no se demuestra con estadísticas veraces, es notorio que las reformas laboral y previsional que se promueven tienen aristas controvertidas que exigen un debate profundo. No es un secreto que el ajuste en el mercado de trabajo siguiendo un modelo iniciado con la “flexibilización laboral” en los noventa, y la reforma de los sistemas jubilatorios son parte del arsenal que imponen, dogmáticamente, organismos como el FMI a nivel global. Tal es así que el Gobierno confirmó también al cierre de los comicios, que el lunes próximo llegará al país una misión del Fondo Monetario Internacional que permanecerá por dos semanas revisando los números de la economía. Los anuncios de reformas y el retorno a una economía tutelada por los técnicos del organismo multilateral se completan con la afirmación del presidente de que “el endeudamiento será necesario mientras exista déficit fiscal”. El programa que se anuncia como un cambio a futuro con apoyo mayoritario, como se puede ver, transita por aristas conocidas y de probada ineficacia en el pasado.
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