Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 60% de los argentinos tiene sobrepeso y la prevalencia de obesidad pasó del 14,6% en 2005, al 18% en 2009 y el 20,8% en 2013, lo que implica un aumento del 42,5% y los números siguen en aumento. ¿Está preparada la estructura hospitalaria para hacer frente a esta realidad? Este es uno de los temas que se trataron en el 28º Congreso Latinoamericano de Arquitectura e Ingeniera Hospitalaria que se desarrolló en Posadas del 4 al 7 de este mes. PRIMERA EDICIÓN charló con José Manuel Mancera, bioingeniero graduado de la Universidad Nacional de Entre Ríos, encargado de dicha disertación. “Realizamos algunos estudios en México y EEUU y los queríamos traer a la realidad Argentina. México tiene el segundo índice de obesidad más grande del mundo después de EEUU y han adaptado toda su infraestructura hospitalaria. En Argentina es otra realidad, más allá de que somos uno de los cinco países de Latinoamérica con mayor crecimiento de la obesidad en estos años”, indicó Mancera a este Diario. Para analizar la situación del país hubo reuniones con los principales actores del ámbito de la salud como médicos, directores de hospitales y sanatorios, gente de los ministerios de salud pero también arquitectos e ingenieros. “Fue para ver la realidad y cuál es la situación más complicada para ellos al momento de recibir un paciente obeso”, señaló.Mancera explicó que “siempre desde el prejuicio se habla de que se necesita una cama que soporte peso pero hay otras cosas que a lo mejor son más importantes y tienen que ver con la dignidad del paciente: desde el ingreso al hospital, la puerta, el acceso por rampas, que pueda entrar al ascensor, que haya una silla cómoda para que se pueda sentar mientras espera, que la camilla del consultorio sea adecuada, que haya ropa. En un sanatorio muy importante de Buenos Aires nos contaron que la señora de un paciente llamó una semana antes de la cirugía para decirles que iba a llevar la bata para su marido, para que él no pase vergüenza”.Mancera es gerente comercial de la empresa Iraola y Cia de Buenos Aires, encargada de realizar este relevamiento en los centros asistenciales del país. “Encontramos muchas limitaciones tecnológicas. Por ejemplo, en el servicio de diagnóstico por imágenes todavía la industria no se puso a tono. Todo lo que son los equipos cerrados, como tomógrafo, un resonador, una mesa de angiografía es muy difícil que soporte un peso de 300 kg.”, indicó a la vez que relató un hecho que sucedió en Buenos Aires en el que tuvieron que llevar a un paciente obeso al zoológico para hacerle estudios porque los equipos allí eran más adecuados a su estructura física. “Imaginá que te lleven a un lugar donde atienden animales para que te atiendan. Debe ser muy frustrante y eso es lo que se tiene que evitar. Eso denigra al paciente”, consideró Mancera.No obstante indicó que -fuera del diagnóstico por imágenes- la industria comienza a adecuarse a la situación. “Hoy hay camas que soportan más de 400 kg. y piensan en el volumen del paciente porque una cama hospitalaria tiene 90 cm de ancho pero un paciente obeso no entra ahí, entonces ahora hay camas que se ensanchan para que el paciente pueda entrar dentro de esa cama y circular en el hospital. Ahora existen mesas de cirugías que soportan peso y también complementos que tienen que ver con el reforzar todo lo que es el baño, sillas de ruedas, reforzar sillas, muebles en la habitación adecuados para ese tipo de pacientes”. Ahora esto debe trasladarse a los centros de salud. “Es un largo camino por recorrer y es interesante ponerlo en la mesa. Para cambiar se necesita un equipo multidisciplinario: enfermeros, médicos, ingenieros, bioingenieros, arquitectos, inclusive sociólogos, porque también hay que analizar el lugar donde estará emplazado el hospital”, cerró.
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