El Instituto Misionero del Cáncer (IMC) abrirá sus puertas en 2018 y su puesta en funcionamiento, según los expertos, permitirá mejorar un 25% la tasa de recuperación de los pacientes con distintos tipos de cáncer, que hoy ronda el 60%. En el caso de las mujeres con un tipo no quirúrgico de cáncer de cuello uterino, las perspectivas son aún mejores: la tasa de recuperación pasará del 15% actual al 50%.Cientos de misioneros que hoy no tienen chances de superar el cáncer podrán hacerle frente a esta enfermedad con más y mejores “armas”. Es que el IMC ya está en pleno proceso de instalación de un acelerador lineal para radioterapia externa (o como lo llama la mayoría de las personas, “el aparato de rayos”) que permitirá llegar con mayor eficacia a las células cancerígenas y con menor impacto en los órganos aledaños, y un equipo de braquiterapia que será el único del Nordeste del país y convertirá a Misiones en el centro de referencia regional. PRIMERA EDICIÓN recorrió las instalaciones del futuro Instituto Misionero del Cáncer (IMC) junto a su responsable, el médico oncólogo Ángel D’Annunzio. El edificio está terminado, salvo unos pocos detalles, quizás los más complejos, como la puerta especial que aislará el búnker de radioterapia del resto del edificio, que se mandó a construir en España. Acelerador lineal El especialista habló con entusiasmo sobre el ambicioso proyecto que está a punto de hacerse realidad. Contó que el acelerador lineal para radioterapia externa es de origen norteamericano y vale 600.000 dólares (es decir unos 10 millones de pesos); permitirá al hospital Madariaga tener uno de los equipos de radioterapia más actualizados del país. Fue adquirido con un subsidio de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) durante la gestión de Oscar Thomas. “La precisión tecnológica de este equipo impactará sobre el tratamiento en sí con dos grandes ventajas: mayor efectividad y menor toxicidad. Es decir, apunta mejor al tumor y daña menos a los órganos vecinos. Dependiendo del tipo y avance del cáncer, hay tratamientos que son paliativos, que permiten que el paciente que no tiene cura lleve mejor su tratamiento; y otros con espíritu curativo que son aquellos que permiten aumentar la tasa de curación. Y eso es lo que más queremos, nuestro principal objetivo es torcer la aguja sanitaria de la mortalidad y creemos que con estos dos equipos y la puesta en marcha del Instituto del Cáncer en Misiones tendremos un impacto regional”, aseveró este joven oncólogo misionero, muy respetado y querido por sus pares y pacientes. A su entender, el IMC es el resultado de una “decisión política sanitaria única en la región, son tratamientos que cuestan más de 100 mil pesos por paciente”, destacó. Braquiterapia: el acceso a una nueva alternativa El IMC ya recibió además el equipamiento de braquiterapia cuyo costo aproximado es de 400.000 dólares (unos 6 millones de pesos). Este equipo, a diferencia del acelerador, es de uso interno: en el cuello uterino de la mujer. “Es un complemento al tratamiento de radioterapia externa. En el Nordeste no hay equipo de braquiterapia, en este momento estamos derivando los pacientes al Roffo de Buenos Aires, hasta el año pasado los derivábamos a Resistencia (Chaco) pero esa provincia dejó de hacer braquiterapia. Cuando lo pongamos en marcha en Posadas, nos convertiremos en referente del NEA. Además, el aparato de braquiterapia de Chaco era antiguo, de baja tasa, solo se podían hacer 152 tratamientos anuales. El que compramos puede hacer 1.100 tratamientos por año”, precisó D’Annunzio.En la actualidad, hay en el NEA 500 mujeres que requieren de braquiterapia por año. Pero, según admitió el especialista, una cantidad importante de estas pacientes no llegan a hacer este tratamiento por la condición social, derivación a destiempo o porque no tienen acceso al tratamiento. “La braquiterapia se utiliza en un tipo particular de cáncer de cuello uterino que no es quirúrgico. En la actualidad, la tasa de curación que tenemos en el NEA para este tipo de pacientes es del 15% al 20%, pero cuando vamos a la bibliografía mundial vemos que la tasa de curación es del 50% en otros países; y ese es el margen que tenemos para mejorar una vez que tengamos en funcionamiento el equipo: pasaremos de curar 1 mujer cada 5 pacientes a 1 de cada 2. Ese, creo, que será mi caballo de batalla para toda mi vida profesional”, contó con orgullo. Como el IMC se convertirá en centro de referencia del NEA en braquiterapia, el equipo profesional ya planifica su funcionamiento, “estamos realizando un plan para ver cómo absorberemos a esas 500 pacientes por año, esta semana nos reunimos con el presidente de la Fundación Parque de la Salud, Daniel Hassan, y el coordinador asistencial del hospital Madariaga, Oriel Sosa, la idea es contar con un sistema de derivación de las provincias del NEA que incluya un módulo, es decir desde buscar a la paciente en la terminal, llevarla con acompañante a un hotel, que ya venga con turno, que haya una plataforma on line para que puedan pedir turno y que desde acá se les facilite los pasajes y el hotel de tal manera que la paciente venga a hacerse su tratamiento y regrese a su provincia sin contratiempos”. El desafío de la instalaciónSegún confió el oncólogo, “el desafío más grande que asumimos es con la instalación de estos dos equipos porque la Provincia y el Parque de la Salud decidieron no tercerizar la instalación y la prestación de este servicio”. Al respecto, contó que la radioterapia está mundialmente monopolizada, hay una empresa (BIP) que tiene el 90% de los equipos de radioterapia y braquiterapia de toda América. Los hospitales y empresas privadas tercerizan con BIP y ellos montan los equipos y prestan el servicio. En el caso de Misiones, la provincia decidió comprar el equipo y ahora está en pleno proceso de adecuación de las instalaciones para su posterior habilitación y puesta en marcha. “Lo estamos haciendo en forma artesanal y con recurso humano propio. Para ello, se contrató a un físico del hospital Alemán para que se aboque al proceso de habilitación del centro, para la cual debemos cumplir con medidas muy estrictas y complejas. La habilitación la realiza la Comisión Nacional de Energía Atómica, que debe realizar las mediciones necesarias para garantizar que no haya escapes de radioactividad, es muy difícil técnicamente la habilitación”, admitió. En este momento, esperan la llegada de la puerta del búnker (de radioterapia) que se mandó a construir en España: una puerta que vale más de 500.000 pesos. “Las paredes del búnker tienen un metro de espesor y, obviamente, la puerta no puede tener ese mismo espesor por lo que se realiza con materiales aislantes especiales para que no pase la radiación. Hasta no tener la puerta instalada no podemos prender el aparato par
a empezar con los testeos técnicos necesarios, por lo que debemos esperar. Mientras tanto, estamos comprando accesorios del aparato y trabajando en el recurso humano que ya lo tenemos. También estamos tratando de convencer al físico para que se venga a vivir en Posadas. El físico es el profesional que, junto al radioterapeuta y el oncólogo, planifican a través de un software de computadora la dosis que le llegará al tumor sin dañar a los órganos vecinos. El tratamiento es especial en cada paciente”, confió el oncólogo. Aunque querían abrir el IMC antes que termine 2017, es más factible que esto suceda el año que viene. “Estoy tranquilo porque veo que todo sigue avanzando, si bien tenemos contratiempos técnicos, el espíritu y el apoyo del Parque de la Salud están presentes. Creemos que el 2018 será el año de puesta en funcionamiento del centro del cáncer, hace unos meses pensábamos que llegaríamos para este año pero es muy difícil. Pero más allá de los contratiempos, estamos avanzando, desde el Parque de la Salud me incorporaron al equipo de trabajo y eso me permite estar en todos los detalles del proceso, sé lo que está pasando, lo que se está haciendo y lo que ya se hizo. Por supuesto que iba a ser más fácil tercerizar todo con el monopolio, pero este es un gran desafío que requiere mucho conocimiento de ingeniería, de contratación de un físico, de radioterapeutas y toda una logística. Este proyecto es genuinamente de nuestra provincia”, destacó. Cáncer uterinoA diferencia del resto del país, donde el cáncer de mama está primero, en Misiones está cabeza a cabeza con el de cuello uterino y este último tiene, incluso, más pacientes afectadas. En la provincia, la tasa de mortalidad por ambos cánceres es muy similar. “Desde el 1 de enero de 2015 hasta el 30 de mayo de 2017 atendimos en el hospital Madariaga 252 mujeres con cáncer de cuello uterino y 230 mujeres con cáncer de mama. Vale decir que el Madariaga atiende entre el 50 y 60% de los cánceres de cuello uterino y de mama de toda la provincia. Los otros casos son atendidos en los sanatorios”, detalló D’Annunzio. Fotos: O.Ibarra
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