La aparición de un cuerpo en el río Chubut que podría ser de Santiago Maldonado, el joven que está desaparecido desde el 1 de agosto pasado, cuando participaba de un corte de ruta protagonizado por 8 militantes de la comunidad Mapuche; reprimido por un centenar de efectivos de Gendarmería, derivó en un abrupto final de la campaña electoral a nivel nacional. La decisión de las principales fuerzas que compiten en las elecciones del domingo no partió de un acuerdo o consigna común, y bien se puede decir, citando el clásico poema de Borges, que en la actitud asumida no los unió el amor, sino el espanto. Por ello, aunque el sinuoso camino que adoptó el gobierno de Mauricio Macri frente a la desaparición no escapa a nadie, el cierre de la campaña es una medida acertada. Es de esperar que paralelamente, se promueva el respeto a la familia afectada por una tragedia humana que se podría haber evitado y se reflexione en los ámbitos correspondientes sobre la necesidad de que, aunque tardíamente, se haga justicia. Los familiares que luchan desde hace más de dos meses por acceder a la verdad, no recuperarán probablemente nunca la consideración hacia un Estado que, en el momento en que se enfrentaron a lo irreparable, les negó hasta el más elemental gesto de solidaridad; pero sería un avance para todos los argentinos, como sociedad, que se enmienden conductas y se deslinden responsabilidades con estricto sentido de justicia. No hay dudas de que en las actuales circunstancias, la especulación electoral sobra; no así el más profundo sentido de lo político, que tiene que ver con la creación de un Estado responsable y comprometido con los derechos humanos de todos sus habitantes, sin excepciones. En este marco, en tanto no se confirme la identidad del cuerpo encontrado en el río, corresponde una espera respetuosa y digna. Y, en tanto los hechos investigativos no prueben lo contrario, la hipótesis que corresponde explorar con absoluta objetividad, dadas las particulartidades del caso, es la de desaparición forzada de persona. No hace falta recordar, en esta instancia, la resonancia que evoca esta hipótesis en la memoria de los argentinos.
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