Tras cinco jornadas de un encuentro que ya se convirtió en un clásico del país, la Feria de Artesanías del Mercosur premió a los artesanos que se destacaron durante la edición 2017, luego de varias horas de debate y una decisión sumamente difícil por parte del jurado. Los galardones se entregaron en un almuerzo de camaradería del que participaron todos los expositores. Desde el jueves hasta ayer, más de 300 artesanos exhibieron sus diseños en el Centro de Convenciones y Eventos de Iguazú. Fernando Duvoe e Ignacio Valerio se quedaron con el primer y segundo premio, respectivamente, y el reconocimiento del Amerian fue para Plaza Arte.El galardón Amado Cuella quedó en manos de Fernando Duvoe, de Río Ceballos (Córdoba), quien explicó a PRIMERA EDICIÓN que “con mi esposa quisimos venir en varias oportunidades, ya no hacemos muchas ferias”, aunque obviamente este premio lo obliga a volver el próximo año.Duvoe contó además que trabaja “la madera desde siempre, pero desde 1981 me dedico solo a esto, soy arquitecto pero ya por aquel entonces dejé la arquitectura para dedicarme solo a las artesanías, empecé haciendo juguetes, luego todo lo que a uno se le pueda ocurrir, siempre con madera”.Añadió que este cambio radical en su vida surgió a partir de su búsqueda por algo “más expresivo, una relación más directa. Cuando estudiaba repujaba cuero y más o menos me pagué la carrera, después me pareció que la madera era más expresiva, además creo que empecé con la madera y me enamoré, es algo que tiene tantas posibilidades, es tan viva y ese sentimiento no menguó, pero me gusta el desafío de hacer cosas raras, diferentes, nuevas, no podría hacer algo serial”.No obstante, reconoció que “es un camino muy duro ser artesano porque es dificilísimo vender lo bueno o lo diferente”. En cuanto a la pieza que lo llevó a este primer premio, describió que se trata de “un caracol, hecho desde adentro, en pequeñas costillas de madera, que se pulen y se van ensamblando, bastante complicado, pero lo lindo de hacer estas piezas es el momento de hacerlas, después pasa a ser de todos”.Ignacio Valerio arribó desde Córdoba y se llevó el segundo premio. Contó que “presenté una botella para líquido en calabaza, tallada con gubias y engarzada en un pie de alpaca, también trabajado con cinceles y martillo y soldado con plata, con un tapón de alpaca y corcho”.E hizo hincapié en que básicamente se dedica al tallado de calabaza y sus accesorios, cucharas, yerberas, azucareras… todo lo que tiene que ver con el mate, productos con los que participa de la FAM desde 2013. “Cuando vine la primera vez pensé que me iba a encontrar con una variedad importante, pero mi trabajo fue muy bien recibido, gusta mucho y encontré que el misionero es muy simple cuando se trata del mate”, reconoció. Adelantó que el año próximo seguramente será parte de la VIII edición, porque “la calidez humana en este lugar es difícil de hallar en otros”.El premio Amerian fue para las posadeñas de Plaza Arte, con un trabajo en vitrofusión que consiste en mariposas Panambí, dispuestas sobre un tronco rústico como para representar su vuelo.Fotos: Gentileza G.Spaciuk
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