“Ya está hecho el llamado para la compra del terreno para el nuevo cementerio”, fue la tajante advertencia del renovador Santiago Enríquez ante la andanada de críticas cruzadas en torno al reclamo de familiares por la compulsiva exhumación de restos en la necrópolis municipal La Piedad. Un grupo de vecinos que exigió la rápida sanción de una ordenanza por ellos presentada y que modifique la norma que establece ese procedimiento motivó el acre debate en el que todos coincidían en darle la razón a los vecinos, pero se intercambiaban culpas por una situación cuya solución urge.Enríquez intentó así atemperar las críticas que desde la oposición llovían sobre la responsabilidad del oficialismo en avanzar con seriedad en una respuesta a un problema de larga data y que viene agudizándose en los últimos tiempos. Obliga, entre otras cosas, a proceder de otra manera a cómo se está haciendo, con la exhumación forzada de las tumbas con más de cinco años de ocupación. Los familiares reclaman se los notifique fehacientemente toda vez que se va a realizar el retiro de restos y se les dé la posibilidad de poder extender ese período mediante el pago de un canon superior al que se abonan en ese primer quinquenio.Pero el debate, en el que se llegó incluso a acusar a ciertos concejales por la falta de quórum para el trabajo de la comisión que analiza el tema y de claro corte proselitista, molestó a uno de los familiares quien, tras pedir permiso, lo interrumpió. “En el cuarto oscuro votamos nosotros y sabemos quienes nos abren las puertas y quienes no; no nos van a comprar con sus discursos”, dijo con énfasis.Y a la suma de compromisos para avanzar en el proyecto de los familiares o el cruce de acusaciones de responsabilidades, sucedieron las disculpas de cada edil interviniente. “Dejemos la campaña afuera”, señaló uno de estos al sintetizar los dichos de quienes le precedieron.Hubo un compromiso formal de que, pese al paréntesis de dos semanas, el lunes 9 la Comisión de Salud, que preside Andrés Mutinelli, se reunirá para comenzar con el análisis de la iniciativa.“Enviemos un mensaje claro”El radical Francisco Fonseca fue el único ausente en la 26ª sesión del Concejo Deliberante local. Una disculpa por esa inasistencia y posible acuerdo entre bloques para soslayar el tema -al menos por ahora- no fueron suficientes para que estuviera presente el recuerdo del bochornoso hecho que protagonizó el sábado pasado en Eldorado. Fue cuando no logró superar un test de alcoholemia (0,96 g/l) al ser interceptado el vehículo que conducía.El renovador Julio Vivero quebró ese silencio y aunque aceptó las disculpas del edil radical, no dejó de advertir la necesidad de que el cuerpo envíe “un mensaje claro” a la ciudadanía, “reafirmando nuestro compromiso con todas las normas vigentes y aprobadas por este cuerpo”, particularmente la de Tolerancia 0.Señaló la gravedad que significa la causa “y la importancia que para este cuerpo tuvo y tiene la necesidad de generar el cambio cultural que permita prevenir y erradicar los accidentes de tránsito que se producen como consecuencia de la conducción bajo efectos del alcohol”.
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