¿Dónde van los restos orgánicos, las jeringas y demás descartables usados en los hospitales, clínicas y veterinarias? De las 250 toneladas de basura domiciliaria que generan los posadeños por día, hay una parte muy importante que corresponde a los residuos patológicos. Estos son los desperdicios y descartes de los hospitales, Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS), clínicas, sanatorios y veterinarias. Cuando una persona acude a atenderse por una herida, una operación o una inyección, hay jeringas, gasas, o partes biológicas que potencialmente pueden convertirse en un foco infecto-contagioso. PRIMERA EDICIÓN realizó el recorrido del proceso de tratamiento y disposición de la basura patológica, cuyo servicio está tercerizado en Misiones en manos de la empresa AESA. Diez municipios no cuentan con este servicio En el marco del Sistema de Gestión Integral de Residuos de la Provincia de Misiones, en 2001 la empresa internacional Veolia, a través de su subsidiaria AESA Misiones, comenzó con el tratamiento de residuos en el predio ubicado en el municipio de Fachinal. Iniciaron la tarea con las ciudades de Posadas, Candelaria, Santa Ana y Jardín América. En el 2005 integraron la recolección de residuos domiciliarios de toda la Zona Sur de la provincia. Un año después terminaron de aglutinar a casi todo Misiones con el relleno sanitario de Aguas Blancas, cercano a Caraguatay. En ese sentido cabe destacar que hay diez municipios que hasta hoy no operan con los rellenos de AESA. Respecto al tratamiento de los desechos patológicos, ya hace más de doce años que se encargan de someterlos a un tratamiento previo antes de su disposición final. Gabriel Keller es el gerente general de la empresa, y fue quien explicó y guió a PRIMERA EDICIÓN para conocer cuál es la trazabilidad de ese tipo de desperdicios. Parque de la SaludSegún detalló, mensualmente, desde el Parque de la Salud salen más de 11 mil bolsas que representan aproximadamente 39.800 kilos de residuos patológicos, mientras que si se suma a todo Posadas se alcanzan las 62 toneladas. Solo la ciudad capital genera cerca de 2.000 kilos diarios. La empresa se encarga de proveer a los centros de salud provinciales como así también a los privados que se sumaron al sistema, precintos y bolsas especiales de color rojo que tienen 80 centímetros de largo por 67 de ancho para juntar ese tipo de basura peligrosa. Basura refrigerada Todos los desechos que generan los hospitales Madariaga, Pediátrico y Materno Neonatal son gestionados y clasificados por el personal de salud y estos son llevados por el personal de limpieza hacia una casilla de patológicos que posee dos grandes cámaras refrigeradas. Allí se guardan las bolsas hasta que pasa el camión térmico de AESA para recogerlas. No deben estar cargadas más allá de las 3/4 partes, de manera que no acumule más de 6 o 7 kilos de peso cada una. Asimismo, prohíben que se carguen residuos comunes en la bolsa de patológicos, porque eventualmente puede llegar a dañar la máquina por la que luego pasa. De lunes a sábado, por la mañana, la unidad inicia la recolección por la casilla del Madariaga. Luego siguen por los CAPS, clínicas, sanatorios y veterinarias que trabajan con AESA para la disposición final de sus residuos peligrosos.En el caso de los lugares donde generan poca cantidad de ese tipo de material, previo acuerdo, se contactan con el chofer del camión recolector para que pase a buscar la bolsa cuando sea necesario. A diferencia del servicio que brindan al Parque de la Salud, la particularidad respecto a los privados es que no pueden obligarlos a que se sumen al servicio. Pero sí pueden hacer denuncias si encuentran residuos patológicos dentro de las bolsas de residuos domiciliarios cuando éstos llegan a la estación de transferencia. Solamente Posadas genera el 70% de los residuos patológicos a nivel provincial. Tratamiento específico A algunas clínicas y sanatorios les permiten usar bolsas propias pero siempre y cuando sean de las mismas dimensiones a las que utiliza la empresa. Una vez que completa el circuito de Posadas finalmente se dirige hacia el relleno de Fachinal para su tratamiento específico. Keller explicó que el alcance de la concesión es para los residuos patológicos sólidos. Dentro de las bolsas puede venir material húmedo, por ello requieren que se utilice algún tipo de material absorbente antes de que se cargue en las bolsas. Una vez que el camión térmico llega a la estación de Fachinal, el proceso se inicia con el pesado en báscula para conocer cuánta cantidad de residuos ingresa. Seguidamente entra al sector de esterilización. Las bolsas son descargadas en tachos de acero inoxidable que luego son ingresados en la máquina “Autoclave” que descompone el material patógeno a través de la aplicación de vacío atmosférico, más 134 grados de calor, e inyección de vapor hasta alcanzar una presión de 2,2 kilogramos por centímetro cuadrado durante varios minutos. Tras ese paso los residuos patológicos salen convertidos en residuos comunes que son llevados hacia su disposición final junto con los residuos domiciliarios. La esterilización se constata a través de pruebas de probetas con microorganismos que son ingresados junto con esos residuos. Tras el proceso se controla periódicamente su efectividad. Disposición final El relleno sanitario comienza con una fosa de 60 x 220 metros (cerca de una hectárea y media) y una profundidad de cinco metros. El proceso se realiza con máquinas viales y tiene un procedimiento de compactación similar al que se utiliza en la construcción de rutas. Sobre ese pozo se monta una malla de geobentonita, que tiene la capacidad de solidificarse cuando entra en contacto con humedad o líquidos. Encima se coloca una membrana que va soldada en partes con una cámara de aire en medio. Arriba se pone tierra libre de impurezas como material de protección de la malla. Luego se instalan caños para que fluyan los líquidos hacia las piletas de lixiviado. Finalmente comienzan a cargarse los residuos. Se forma una especie de cuna que entre el fondo y el tope llega a una altura de entre 15 y 20 metros. A medida que se llena por tramos, vuelve a repetirse parte del proceso de cobertura de manera que los residuos quedan contenidos en capas aisladas e impermeabilizadas. Como última etapa, una vez que quedó recubierto, se colocan una especie de chimeneas cada 20 metros para el venteo de las capas que están debajo. Se deja crecer el pasto de la zona sobre la superficie. Completar toda una celda de casi una hectárea y media por unos 20 metros de altura lleva aproximadamente 19 meses. El relleno de Fachinal comenzó en 2001 y actualmente llevan 12 celdas completadas. El predio tiene 100 hectáreas y en 15 años de uso solo se han utilizado tres hectáreas para depositar la basura. PilasEn el predio de AESA de Fachinal se pueden resguardar entre 5.000 mil y diez mil kilos de pilas y baterías de celulares. La c
antidad tiene mucho que ver con las campañas de recolección organizadas por los municipios. Son estos los que se encargan de llevarlos hacia las distintas estaciones de transferencia (25 en total en toda la provincia), que es desde donde AESA se encarga de llevarlas hacia el relleno de seguridad. Este no está habilitado para la disposición final de ese tipo de residuos, por lo cual solamente se encargan de acopiarlas en un depósito especial. De forma periódica las envían a Córdoba donde otra empresa se encarga de recibirlas y darle su tratamiento final. Si bien la capacidad de acopio de AESA es amplia, aguardan que se apruebe el proyecto presentado hace años para que se habilite la disposición final de pilas en la provincia. La recolección de residuos patológicos de instituciones privadas de salud consta de la firma de un convenio formal. Qué dice la leyLa normativa que encuadra el tratamiento de estos residuos data de enero de 1992, cuando el Poder Ejecutivo nacional promulgó la Ley 24.051 acerca de los residuos peligrosos. Dentro de esa categoría, en su artículo 19, esta establece cuáles son los residuos considerados patológicos. Estos son, según la ley, los “residuos provenientes de cultivos de laboratorio; restos de sangre y de sus derivados; residuos orgánicos provenientes del quirófano; restos de animales producto de la investigación médica; algodones, gasas, vendas usadas, ampollas, jeringas, objetos cortantes o punzantes, materiales descartables, elementos impregnados con sangre u otras sustancias putrescibles que no se esterilizan; agentes quimioterápicos”. En la legislación se estableció además la creación de un Registro de Generadores y Operadores de Residuos Peligrosos.Fotos: J.C. Marchak
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