El Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) se apresuró a definir los precios de la hoja verde y canchada para el semestre, para evitar así las conflictivas “reuniones de precios” que culminan en el laudo de la Nación. Sin embargo no logró evitar que se hagan oír voces críticas, no solo respecto al precio del kilo de hoja verde, fijado en 6,30 pesos, que en el sector primario consideran insuficiente; sino a la inacción manifiesta del INYM frente a las irregularidades en los pagos de materia prima. Según dijo públicamente este jueves un conocido productor, que fuera activo protagonista del histórico “tractorazo” frente a la Gobernación en Posadas, actualmente se está pagando el kilo de materia prima puesta en secadero a entre 3,80 y 4,20 pesos, “pero nos hacen firmar por los precios oficiales con los que perdemos el 40%”. Una crítica muy severa expresó el ministro del Agro José Luis Garay, en la Comisión de Presupuesto de la Legislatura. Sostuvo que los integrantes del Directorio del INYM, al no haber incluido en la Resolución los precios oficiales, los plazos ni la forma de pago, “dejaron abierta la ventana para que no se cumplan los precios y algunos vivos hagan trampa”. Garay recordó que el Instituto había acordado con el Ministerio de Agroindustria de la Nación resolver provisoriamente el problema de los plazos, rescatando los cheques con dinero del Fondagro; pero advirtió que esto no ocurrirá, “porque financiar un cheque post datado es una operatoria casi imposible de realizar”. En lo que se refiere al Fondagro, fondeado por Nación con 1.700 millones de pesos, cabe advertir que además de la complejidad del esquema de financiación planteado, el fondo en sí es de compleja aplicación y en líneas generales está dirigido a los productores de oleaginosas y granos, a los que se buscó conformar al no haberse cumplido la promesa de una remoción definitiva de las retenciones. Las irregularidades en las ventas de hoja verde difícilmente se solucionen por esa vía, y lo más probable es que persistan una cosecha más, al menos, si -como advirtió el ministro Garay- nada se hace frente a quienes, irresponsablemente, lucran con la necesidad de los pequeños productores.
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