Señora Directora: El último fin de semana, tuve la oportunidad de asistir a una jineteada que se realizó en la localidad de Itá Caruaré. Fue una fiesta popular muy concurrida y en la cual puede percibir con grata sorpresa a un comportamiento policial respetuoso de los derechos humanos y muy poco frecuente. Antes debo aclarar que en mi pueblo, Concepción de la Sierra, los ciudadanos, incluso aquellos que somos trabajadores y nunca hemos cometido un delito, convivimos con un hostigamiento policial constante e injustificado. En mi caso, fui detenido y reducido por la Policía, mientras me encontraba trabajando en una fiesta patria, sólo por filmar como maltrataba a un conocido discapacitado de nuestro pueblo.En Itá Caruaré, me llamó la atención la cordialidad en el trato policial con la gente, y la manera en la que el personal policial abordó las situaciones conflictivas. Cada vez que alguna persona alcoholizada generaba algún tipo de disturbio, simplemente se lo abordaba sin agresiones físicas y se conversaba a modo de advertencia para que no molestasen ni empañasen la velada. No hubo un solo detenido ni tampoco un solo incidente.Tanta fue mi sorpresa que luego me acerqué a conversar y felicitar al comisario, de apellido Bogado, quien me agradeció y me dijo que en su pueblo prima ante todo el respeto por las personas. “Todos podemos equivocarnos y todos merecen una nueva oportunidad. Nosotros podemos mantener el orden sin necesidad de maltratar a nadie”, me expresó.Ojala este ejemplo sirva para que en otros pueblos se imite esta perspectiva, y se deje de lado la violencia y el autoritarismo innecesario con el que se maneja la Policía provincial en ciertos lugares. Necesitamos fuerzas de seguridad capaces de hacer cumplir las leyes sin por ello tener que violar ellos, los derechos humanos y otros derechos de la ciudadanía.
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