Argentina es el país más “conectado” de América Latina (69,4% de la población es usuaria de Internet, según CEPAL) y pareciera que la banda ancha, las redes sociales, el chat y las miles de apps del celular, aunque cambian vertiginosamente, hubieran existido siempre. Sólo quienes tienen más años en su haber lo ven como lo que es: algo históricamente muy reciente y que se ha desarrollado de manera vertiginosa. Como para muchos ese impacto ha sido tal que ese nuevo mundo es vivido como algo extraño, inaccesible, se habla de la “brecha digital generacional”.Pero la inmediatez y la facilidad de comunicación que estos nuevos medios proveen son ventajas que a veces los mayores pueden aprovechar mejor que nadie. Hablar diariamente con los hijos por e-mail o por Skype, incluso si estos viven lejos, o quizás hasta fuera del país, les cambia la vida: "Solo con esto me conformo -cuenta Ana-. Es el modo que tengo para sentirme más cerca de la familia, mirar fotos, compartir con ellos acerca de mi vida aquí”. Ana es una de las residentes de Hirsch, Centro de Excelencia para Adultos Mayores y Rehabilitación, emblemática institución modelo ubicada en la localidad bonaerense de San Miguel, y que cuenta con diferentes y exitosos proyectos en relación con el uso de las nuevas tecnologías.“La era digital no los atemoriza a la hora de aprender nuevas herramientas para estar vinculados con su entorno -sostiene la licenciada María Mercedes Olmedo, de la Gerencia de Servicio Social de Hirsch-. Las redes sociales han despertado un gran interés en personas mayores de 60 años porque les permite interactuar con sus seres queridos en lo cotidiano y participar socialmente de manera activa, y el impacto se refleja de manera positiva en su estado de ánimo y el aumento de su autoestima”.
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