Un hombre que permanecía internado tras ser golpeado salvajemente por desconocidos en plena vía pública, en lo que sería un caso de “justicia por mano propia”, falleció este viernes por la mañana en el Hospital Madariaga de Posadas, después de agonizar durante casi una semana.La víctima fue identificada por las autoridades como Ernesto Daniel Romero (58), oriundo de Candelaria, quien había sufrido traumatismo facial y de cráneo luego de ser atacado por un número indeterminado de personas sobre la avenida Tambor de Tacuarí casi Zapiola de la capital provincial.Según pudo saber PRIMERA?EDICIÓN, una vez conocido el deceso, el magistrado Ricardo Balor, titular del Juzgado de Instrucción 6, ordenó una investigación a los fines de identificar a los autores del ataque, de los que hasta anoche no se tenían mayores datos. En ese sentido es que trabajaban hombres de la comisaría seccional Sexta y de la Dirección de Homicidios.En base a la primera reconstrucción que pudieron realizar los detectives, todo se habría iniciado alrededor de las 21.30 del sábado 2 de septiembre sobre Tacuarí, entre Zapiola y calle 105, lugar en el que Romero y su expareja, una mujer de 49 años, se habían citado para arreglar cuestiones ligadas a la ruptura de la pareja.Sin embargo, lo que parecía ser un encuentro amigable se transformó en violencia pura. Al decir de las primeras versiones, los ánimos entre la pareja se caldearon al punto que Romero habría tomado una pinza con la que golpeó en la cabeza a la mujer, quien sufrió corte profundo.La situación fue observada por transeúntes que circulaban por el lugar, quienes aparentemente salieron en “defensa” de esa primera víctima. Las versiones dicen que entre varios hombres comenzaron a golpear a Romero mediante puñetazos y patadas. Al decir de algunos testimonios, incluso motociclistas que pasaban por el lugar se detuvieron para hacer “justicia por mano propia”.El intento de linchamiento terminó con el hombre gravemente herido. Fue trasladado de urgencia al Madariaga, donde los médicos diagnosticaron traumatismo facial y de cráneo, razón por la que debió contar con asistencia respiratoria. El viernes, alrededor de las 10.50, dejó de existir pese al esfuerzo de los médicos de terapia intensiva.A la par de un expediente por “lesiones y amenazas” iniciado por la mujer, los efectivos de la Sexta instruían desde el viernes otro legajo, caratulado primero como “homicidio”. Sobre los autores del crimen, no se sabe siquiera cuántos fueron. Identificarlos es el trabajo en el que anoche estaban inmersas las autoridades.
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