A raíz de diferentes estudios científicos, hoy en día podemos afirmar que alrededor del 97% de los bits de información que nos rodean no los procesamos conscientemente, no los percibimos. Es un tema que apasiona, en tanto nos lleva a replantear nuestras certezas respecto a lo que vivimos como real. Ahora bien, hoy quiero enfocarme en la influencia de nuestra percepción al tomar decisiones en las organizaciones, circunstancia que a veces requiere evaluar a otras personas. Hacer conscientes estos procesos evitará conflictos a futuro y los costos que estos conllevan. Es común que en las organizaciones se juzguen unos a otros. Los administradores tienen que evaluar el desempeño de sus subordinados. Nosotros evaluamos cuánto esfuerzo están desarrollando los compañeros de puesto. Cuando una persona nueva se une a un departamento de inmediato es catalogada por los otros miembros del departamento. En muchos casos, esos juicios tienen consecuencias importantes para la organización.Esta selección que da lugar al proceso de interpretación va a depender de quién la realice y las circunstancias que lo rodean. Cuando los estímulos son ambiguos las percepciones tienden a verse influidas más por la base de interpretación que tenga quien evalúa que por el estímulo mismo, lo que podría llevarnos a veces a conclusiones sin fundamento.Si corre el rumor en la oficina que han bajado las ventas de la compañía y puede haber despidos masivos, una visita rutinaria de un ejecutivo superior de casa central podría interpretarse como el primer paso para la selección de aquellos que van a despedir en primer término, cuando en realidad una acción así quizás ni siquiera pase por la cabeza de dicho ejecutivo.Entre las cuestiones que tiñen nuestras percepciones podemos identificar las siguientes:• Cuando tenemos una impresión general respecto de un individuo, con base en una sola característica, como su inteligencia, sociabilidad o apariencia se está produciendo lo que se conoce como el "efecto halo". Esto nos lleva a descartar información que podría ser importante. • Otro efecto que influye es el de "contraste". No valoramos a una persona de manera aislada, nuestra reacción suele verse influida por otras que acabamos de encontrar. Para el caso que estemos evaluando personas para un puesto de trabajo, es probable que el candidato reciba una evaluación más favorable si ha estado precedido por solicitantes mediocres y una menos favorable si quienes lo antecedieron eran bien capacitados.• La "proyección" que consiste en percibir a los demás de acuerdo con la forma de quien observa, en lugar de hacerlo de acuerdo con lo que realmente es la persona observada, también puede llevarnos a generar expectativas erróneas. Por ejemplo si uno desea desafíos y responsabilidades en el puesto, suponemos que los demás desean lo mismo.• Los estereotipos. Cuando juzgamos a alguien a partir de nuestra percepción del grupo al que pertenece estamos en el ámbito de los "estereotipos". Si bien la generalización es una manera de simplificar un mundo complejo, el problema se presenta cuando hacemos uso de estereotipos incorrectos, "las mujeres no cambian de ciudad por un ascenso"; "los trabajadores de mayor edad no pueden aprender nuevas habilidades"; etc. La forma en que los individuos toman decisiones en las organizaciones y la calidad final de esas decisiones está fuertemente influida por sus percepciones. Por ello es importante poder trabajar con un sistema estructurado de toma de decisiones, al menos cuando se trata de las más importantes, a fin de evitar generar expectativas que se vean frustradas y deriven en conflictos que entorpezcan el funcionamiento de la organización.ColaboraValeria [email protected] 3764-510132
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