Sin dudas que los propios trabajadores del Grupo Z informan mejor que el mismo monopolio del transporte metropolitano de pasajeros. Aunque sin la oficialización de la información por parte del concesionario como de las autoridades del Sistema Integrado, los vecinos de varios barrios anticipan que se podrían ver perjudicados por cambios en los recorridos y horarios de los colectivos que pasan por los mismos cuando se inaugure la Transferencia de Santa Catalina y Quaranta.Al contrario de lo que ocurre en las redes sociales y las unidades del transporte, donde aparecen hasta los mapas filtrados de los posibles cambios que pretendería el Grupo Z con apoyo estatal, en el ámbito gubernamental aseguran que no hay nada confirmado porque aun no se inaugurará la demorada (años ya) Estación de Transferencia posadeña.Ocurre que de por sí, el servicio prestado por el Grupo Z es deficiente. Y muy caro a pesar de los millonarios subsidios nacionales, provinciales y municipales que recibe mes a mes.Si fuera una novela, los lectores no podrían creer que estaría basada en hechos reales. Donde un grupo empresario misionero que dedica muchas ganancias a invertir afuera de la provincia y se queda con el monopolio del ferrocarril entre Posadas y?Encarnación; decide además hacer unas pocas obras (con ayuda del Estado) con los tiempos que quiere, lejos de los plazos que la autoridad competente pretende. Y esas obras, que deberían mejorar el servicio (al menos es lo que viene prometiendo hace cuatro años), terminan perjudicando a los trabajadores, estudiantes, abuelos, entre otros usuarios que necesitan del transporte público para cumplir con sus obligaciones. Porque tienen el derecho de contar con el mismo para lo cual pagan el servicio.En el medio, sin nada de poder, están los concejales que miran, piden informes pero no logran dar las respuestas que los vecinos exigen. Los rumores, entre tanta incertidumbre y falta de información, terminan cobrando fuerza.Y nadie puede pretender competir con un servicio mejor, porque el poder político avaló que los Z se queden con el negocio por al menos dos décadas más.Los vecinos merecen respuestas. Esas que hoy nadie les da para saber si tendrán algún día un verdadero servicio de transporte.
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