Si lo que usted busca es paz y horizontes infinitos basta con alejarse de unos 80 kilómetros del centro de Neuquén capital. Esa distancia es más que suficiente para sentir que se abandonan las comodidades cotidianas y se empieza a saborear lo agreste de la Patagonia. Es el paraíso de los campistas por excelencia ya que no hay tipo de hospedaje cerca.Eso buscan quienes se internan por picadas petroleras con ánimo de turismo aventura hasta llegar a las playas de los lagos Mari Menuco y Los Barreales, paraísos que cada año reciben más visitantes, atraídos por los comentarios que circulan de boca en boca sobre su belleza y tranquilidad.Mari MenucoEste lago, que toma su nombre de un término mapuche que significa “diez pantanos”, forma con Los Barreales, un complejo lacustre artificial que ofrece un escenario ideal para las actividades acuáticas.A la zona se accede la ruta provincial Nº 7, recorriendo 80 kilómetros desde Neuquén capital, siempre con rumbo norte. La opción de hospedaje es el camping por excelencia.En el Mari Menuco el verano es la temporada preferida por los locales para disfrutar de las zonas de balneario y realizar prácticas deportivas como windsurf, canotaje, motonáutica, navegación, esquí acuático y pesca deportiva de pejerreyes, percas y truchas.Tanto que en los primeros meses del año se desarrollan dos eventos importantes para los habitantes y los visitantes de la villa. Enero es el elegido para el Mari Menuco Wakeboard Festival. Allí, chicos y chicas de todas las edades se reúnen para la competencia y disfrutar de fiestas, demostraciones de riders profesionales y desfiles con prestigiosas modelos.En febrero, la villa se prepara para realizar la Fiesta del lago Mari Menuco, con un carácter fuertemente deportivo. Durante varios días se desarrollan prácticas náuticas como la caza, la pesca y una variedad de competencias acuáticas, acompañadas por espectáculos musicales.Los BarrealesPero si el Mari Menuco es atractivo, Los Barreales no se queda atrás. Allí la naturaleza se mantiene casi virgen por lo que llegar tiene sus complicaciones, lo que en definitiva es parte del atractivo de la zona.La costa del lago posee amplios sectores de playa donde los niños hacen castillos de arenas y los grandes encienden fogatas. Arena, agua y sol se conjugan para ofrecer una alternativa para disfrutar el verano, sin alejarse mucho de la ciudad, aunque es recomendable llevar protección solar ya que en la costa no hay espacios con sombra.Pero eso no es todo allí ya que la estrella de todo está al final de la ruta provincial Nº 51, donde se encuentra emplazado el Centro Paleontológico Lago Barreales. Este yacimiento fue descubierto dentro de los territorios de la comunidad mapuche Paynemil, sobre la costa norte del lago.Este es un centro único en el mundo, ya que está abierto al público durante todo el año y permite a los turistas acercarse al trabajo de rescate y estudio de un dinosaurio, realizado por numerosos paleontólogos. En la visita, además, se accede al laboratorio donde se preparan las piezas encontradas para su posterior exhibición.Las excursiones en el Centro Paleontológico están preparadas para que los visitantes conozcan cómo nacieron los dinosaurios, en qué condiciones vivían y cómo sus huesos llegaron a ser rocas. También podrán tener contacto con los pesados fósiles de un Titanosaurio.Los especialistas que acompañan al turista realizan una interpretación geológica paleontológica, tanto del paisaje característico de la época en que vivieron los dinosaurios como del paisaje actual del lugar.Como verá, hasta el lugar más árido tiene uno o varios tesoros para mostrar. Que lo disfrute.
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