Un día se despertó y ya no encontró a su pareja y madre de sus tres hijos. La mujer se fue sin aviso y dejó atrás a su bebé de 8 meses, un nene de un año y medio y a otro de tres. Eso ocurrió hace cuatro años. Pero José Rojas, el papá de los tres chicos, no bajó los brazos, “¿qué iba a hacer? Sabía que tenía que seguir luchando por mis hijos, pero era imposible salir a trabajar para darles de comer porque no tenía quien los cuidara. Un conocido me habló del Hogar de Día y vine a preguntar; este lugar fue una inmensa ayuda para mí y mis hijos porque los recibieron con las puertas abiertas, nunca tuve ni una sola queja por la atención que todo el equipo brinda a los chicos. Los traigo de lunes a viernes, ellos entran a la mañana temprano y se quedan hasta las 17 horas, hacen jornada completa en el Hogar de Día, y eso me permite salir a trabajar”. Hoy los chicos ya tienen cuatro, cinco y siete años y, pese haber sido abandonados por su mamá, se los ve felices y plenos. “El mayor, José Ramón, va a la escuela primaria. La gente del Hogar lo busca a la salida y lo trae hasta la institución donde están sus hermanitos. Acá quedan juntos los tres hasta que los busco para volver a casa. Los más chiquitos, Cristian Gabriel (4) y Axel Ezequiel (5) asisten al Nivel Inicial. “Ellos disfrutan mucho las actividades que hacen en el Hogar de Día, los sábados me piden que los traiga porque extrañan a sus amigos y maestros. Realmente los tratan muy bien y eso se nota en lo que te cuentan los chicos. Los sábados y domingos los llevo a la plaza o a la Costanera”, indicó José a PRIMERA EDICIÓN. El sueño de la casa propia“Los chicos casi no me preguntan por su mamá, ella ya los había dejado en otras dos oportunidades antes de irse definitivamente hace cuatro años. No supimos más nada de ella, ni creo que ella sepa nada de cómo están los chicos”, contó con tristeza. José alquila una humilde vivienda en la Chacra 129, “averigüé en el Instituto Provincial de Desarrollo y Vivienda (IPRODHA) para ver si me podían dar una vivienda pero no reúno los requisitos salariales… yo no siquiera tengo un empleo en blanco, trabajo en albañilería y también hago plomería y electricidad. No me sobra dinero, pero con lo que gano me manejo y ando; también cobro la Asignación Universal por Hijo (AUH). Nosotros somos pobres, pero trato que mis hijos siempre estén limpios y bien vestidos”. La contención del Hogar de Día es muy valiosa para esta familia monoparental porque José y los chicos no tienen familiares cercanos en Posadas, “mis padres fallecieron y también los abuelos maternos; yo tengo una sola hermana pero vive en Ituzaingó (Corrientes). Gracias a Dios pudimos salir adelante y estamos muy bien”. José no tiene en sus planes tener una nueva pareja “por ahora no lo quiero, yo estoy muy bien así… no sé, tal vez más adelante cuando mis hijos sean un poquito más grandes. Además, ellos son muy celosos”, admitió. Aunque son varios los papás que acompañan a sus hijos cada mañana al Hogar de Día de esta ciudad, José Rojas es el único que cría a sus tres hijitos sin la madre de los mismos. Por su esfuerzo y permanente presencia, el año pasado, fue declarado “el papá del año” por el Hogar de Día. Un galardón sin trofeo pero que a este joven albañil le llegó al corazón porque en esa institución encontró la contención y ayuda diaria para criar a sus hijos.
Discussion about this post