El Complejo Termal de esta ciudad “Termas de la Selva” no deja de ser un dolor de cabeza para la gestión actual. No logra convertirse en el atractivo turístico distintivo y provoca críticas, cuestionamientos e inconvenientes que lejos están de resolverse inmediatamente.A más de cuatro meses de que se quemara la segunda bomba para extraer el agua termal, sigue siendo un conflicto que tiene a operadores y emprendedores turísticos malhumorados.Los buenos números que dejaron las vacaciones de invierno, no hacen más que respaldar la postura de cuánto puede promover a Oberá turísticamente el único Complejo Termal de la Región. “El motor reparado se probó incluso en posición vertical en la que funciona y no levanta temperatura, funciona normal. El tema de la bomba llegaron los repuestos importados, están en la empresa que repara, para armar con el motor. Además los caños los están limpiando los empleados municipales, para que aguanten más. Estamos en condiciones de poder bajarlo en cualquier momento”, expresó el tesorero del Consorcio Termal y secretario de Finanzas de la Municipalidad, Javier Carísimo.Según manifestó el funcionario local, también la Cooperativa Eléctrica Limitada Oberá (CELO), integrante del Consorcio, solicitó un informe técnico a la Facultad de Ingeniería. “Es sobre la instalación y específicamente sobre cañerías, el estado en el que se encuentran, composición por posible fisura o rotura que pueda complicar a la hora de bajar la estructura. Están estudiándolo para ver que esté en condiciones normales para bajar la bomba”, dijo.Carísimo confesó que ya no quieren estimar el tiempo en que el complejo pueda estar nuevamente en funcionamiento. La rotura de la bomba sucedió el 13 de abril pasado. Desde esa fecha el espacio dejó de funcionar con las piletas termales. “Estamos con los dedos cruzados para que todo salga. Sabemos de la necesidad y a nosotros nos urge que eso funcione, al pueblo en general también, así que las intenciones son ponerlo en funcionamiento antes de la Fiesta Nacional del Inmigrante que sería una buena época, para repuntar un poquito antes de fin de año, ya que la temporada alta está perdida. Pero no queremos asegurar nada”, señaló.El complejo heredado con cuestionamientos a cuestas, por un lado por la polémica perforación, que se dice se hizo mal, por otro lado la segunda perforación que quedó inconclusa, sumado a que no puede convertirse en un espacio autosustentable, parece no tener soluciones definitivas en el horizonte cercano.“Para dar respuesta definitiva a la perforación, requiere mayor análisis, hay gente trabajando en distintos ámbitos, pedimos cotización en la zona para bajar costos, pero no hay herramientas para bajar y hacer un estudio, entonces se dificulta saber exactamente en qué estado está el encamisado y más abajo, saber cómo se encuentra la perforación en sí después de los 500 metros, que es hasta donde llega el encamisado. Por eso siempre que se habla de solución es provisoria y esperamos que dure la mayor cantidad de tiempo”, subrayó Carísimo.Por último, reconoció que es muy difícil mantenerlo como destino al no tener certeza de su continuidad, pero que de todas maneras se mantiene en condiciones el lugar, al personal, se invirtió en la infraestructura y es un objetivo ponerlo en funcionamiento. “Nos ocupamos del tema, es prioridad, por eso estamos trabajando en las soluciones de manera permanente”, concluyó.
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