El sábado a la noche la familia del rally misionero recibió la triste noticia de la muerte de Federico Gómez (42), uno de los históricos animadores de la competencia provincial que, según sus allegados, “no pudo superar un bajón anímico” y dejó conmocionado a todo el ambiente tuerca.El hecho ocurrió el sábado por la tarde en su departamento y su hermano “Pimpi” se encontró con el peor cuadro en horas de la noche.Recibiendo el abrazo de amigos de todos los ámbitos, pero principalmente vinculados al automovilismo, Pimpi dialogó con DE PRIMERA y resaltó la personalidad de su hermano.“Él era muy exigente. Lo hacía todo bien o no lo hacía. Yo corro bien o no corro decía. Pero más allá de lo deportivo, era mucho mejor persona que lo que pudo hacer como piloto. Hoy me doy cuenta lo que la gente lo quería. Fue un buen tipo y me quedo con eso. Con un carácter firme y directo, como mi viejo”, aseguró el hermano.Siguió la pasión de su padreFederico Gómez comenzó su carrera deportiva en 1993, “con un Fiat 128 alquilado a Vidal Rodríguez”, recordó su hermano.Después, en 1994 compró su primer auto y corrió toda la temporada. Fue un 147 que lo buscó con su padre, el recordado Juan Carlos. Después, tras una pasusa larga, en 2009 volvió a la actividad con una Coupé Mégane. En 2010 fue subcampeón de la N2. En 2015 volvió al Grupo A y este año se mostró muy competitivo, con un ritmo que sorprendió a muchos rivales.La noticia fue un golpe bajo para toda la familia del rally misionero, que ayer se acercó y acompañó a Pimpi y a su madre en el difícil momento. Federico Gómez, descansa en paz.
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