La comunidad educativa de la Escuela 200 de Puerto Iguazú espera desde hace dos años que finalicen las obras de su edificio para poder retomar sus clases normalmente y quizá recuperar algo de la matrícula perdida. Es que debido al retraso en las obras, la institución debió reducir los turnos y agregar horas intermedias, lo que significó la emigración de varios chicos a otras escuelas. En 2014 los padres tomaron la institución preocupados por el estado edilicio y el peligro que esto significaba para sus hijos. El reclamo rindió sus frutos porque tiempo después comenzaron las tratativas para la remodelación del edificio y en 2015 comenzaron las obras.“A paso de tortuga pero vamos yendo”, señaló la maestra Miri Ramírez, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.La escuela tiene de primer a séptimo grado, con cuatro divisiones cada uno. Es decir, 28 divisiones en total: 14 de ellas van al turno mañana y las 14 restantes al turno tarde. Pero, debido a las obras, solo tienen diez salones de clases disponibles y, para acomodarse, debieron reorganizar sus horarios. Es por eso que están trabajando con turnos intermedios. Es decir que un grupo tiene clases de 7.30 a 10.45, luego otro de 10.45 a 14 y el último grupo, de 14 a 17.30 horas. Solo las divisiones de sexto y séptimo grado están trabajando en sus horarios normales. El resto tuvo que dividirse en tres porque los salones disponibles no alcanzan para todos los chicos. El impacto en la matrículaLa escuela está dividida en cuatro alas. Primero se arregló una donde están dos salones y los baños. Una vez habilitada dicha ala, se cerró otra donde habían tres salones y la biblioteca. Luego comenzó la refacción de otra ala con cuatro salones y una sala para bedeles. Luego se habilitó esa parte y se cerró la última ala para construir cuatro salones y el aula de computación. Esta reorganización y reducción de turnos significó una importante pérdida de la matrícula escolar. La escuela actualmente tiene 750 alumnos, pero supo tener muchos más debido a que se encuentra ubicada en uno de los barrios más populosos de Iguazú, como lo es Villa Alta. Problemas en la obraPara colmo, en las últimas semanas hubo problemas con el pago a los obreros. Previo a las vacaciones de invierno, los trabajadores anunciaron que no les abonaban las quincenas a tiempo y amenazaron con parar. Apareció una promesa de pago y continuaron, pero al retorno de las clases detuvieron las obras porque estaban por iniciar una tercera quincena y no habían cobrado las dos anteriores. La comunidad educativa acompañó el reclamo de los obreros porque “son sostén de familias, si no cobran, no comen”, indicaron los padres que reunieron firmas para que les abonen lo adeudado. La dirección de la escuela llamó al Iprodha, donde aseguraron que la empresa encargada de la obra recibía los pagos en tiempo y forma, lo que la misma negaba. Ante la medida de los trabajadores, el lunes apareció el pago y ayer se retomaron las obras.
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