Concordia se hizo conocida por ser uno de los mejores pesqueros de dorados del río Uruguay. La ciudad se ubica frente a un grupo de saltos, donde se construyó la famosa represa de Salto Grande, una de las más importantes de la cuenca del río Uruguay. Un pez característico de la zona es el dorado que, para cumplir su ciclo vital, debe subir y bajar los ríos para desovar y lo hacía, hasta que la mano del hombre ubicó en este sector del río uno de sus proyectos más ambiciosos: Salto Grande.Aguas abajo de la represa, hasta un sector denominado Salto Chico, el río se transforma en una inmensa cancha con aguas claras y por momentos calmas que se vuelven rápidas y de gran oxigenación cuando el hombre abre las compuertas. Allí comienza la buena pesca, aquella en la que lemas como “Pesca y devolución” se han vuelto una constante, para frenar la disminución no sólo de los portes de los peces, sino también de su cantidad. Y Concordia practica conscientemente este consejo. La Fiesta Nacional de la Boga, que se realiza cada enero, es un claro ejemplo de esto. Desde hace algunos años llegan a puerto solo los ejemplares que se necesitan para ganar el torneo, el resto queda en el río para las futuras generaciones.No solo pescaPero Concordia no es pesca unicamente, Capital Nacional de la Citricultura, con más de 170.000 habitantes es una de las ciudades más dinámicas en el centro geográfico del Mercosur, en una zona de bosques de pinos, eucaliptos y plantaciones de citrus. Las hermosísimas playas que se esconden a la vera del Lago de Salto Grande se destacan por ofrecer la posibilidad de brindar un sinfín de oportunidades a la hora de disfrutar de la naturaleza de estas tierras. La represa cuenta con un puente ferrovial, que facilita no solo el turismo sino también el comercio. En el lugar se realizan visitas guiadas totalmente gratuitas. Además, la ciudad cuenta con dos complejos termales: • Vertiente de la Concordia: posee 28 hectáreas arboladas, ofrece siete piscinas de agua dulce, rodeadas de una gran arboleda. Cuenta con un circuito hídrico, con sauna húmedo, sendero para bicicletas, beach voley, juegos infantiles, parrillas, sala de masajes, masoterapia, fangoterapia, resto-bar, fast food y sector de quinchos con parrillas individuales, locales de artesanías y productos regionales, y casa de té. • Termas del Perilago: ofrece siete piletas con diferentes temperaturas (de 37 a 43º) sillones de hidromasajes, burbujas de aire comprimido, cascadas de piedra de la zona por la que cae el agua termal, coronado por un puente estructural que cruza todas las piletas y en medio de una vegetación natural exuberante. Sin lugar a dudas, este rincón entrerriano es ideal para relajarse, solo queda disfrutar. Buen viaje.Complejo Salto GrandeConsiderada la primera obra integradora de dos naciones en América Latina, cuyo acuerdo se remonta a 1946, surgió como una necesidad de aprovechar el curso del río para otorgar energía eléctrica, tanto a Argentina como a Uruguay. En las visitas guiadas se aprende sobre el proceso de construcción, su potencia energética y el funcionamiento de sus salas de máquinas, una en cada orilla del río, abastecidas por siete turbinas cada una. Finalizado el recorrido interno se accede a los miradores y el puente, donde la vista panorámica de la enorme mole de hormigón armado quita el aire.Palacio ArruabarrenaDe estilo ecléctico con reminiscencias francesas en las manzardas de los techos; funciona como Museo Histórico Regional declarado de Interés Nacional, Patrimonio concordiense. Fue construído en 1919 y habitado por Juan Bautista Arruabarrena, un ganadero de la zona y miembro fundador de la Sociedad Rural, Club Progreso y Sociedad de Beneficiencia de Concordia. Durante varios años funcionó allí el Comando del Ejército Argentino.Cuenta con importantes colecciones fotográficas, numismática, medallística. Armas, uniformes militares, mobiliario y objetos pertenecientes a importantes instalaciones y familias de la región.Costanera para vivir el ríoEl bulevar costero brinda espacio para distintas actividades deportivas e incluso permite pasar largas horas en la playa. Posee senderos ondulados, jardines cuidados y canteros con muchos colores. Las pérgolas blancas hacen juego con el murallón que en algunos sectores sirve de separador con el río. El conjunto es pintoresco y muy apreciado por los lugareños, que concurren en forma masiva a disfrutar del aire libre. No hace falta que sea fin de semana para que la costanera explote de gente; se ha hecho una costumbre acercarse a cualquier hora del día para pasear, tomar mate o tocar la guitarra. Castillo de San CarlosLa notoria particularidad de este lugar, además de sus lomadas y bosques en galería, es que atesora lo que en otros tiempos fuera una de las más importantes mansiones de la región. Una gran casa señoral, mandada a construir por el francés Eduardo De Machy, que el correr impetuoso del tiempo ha convertido en habitáculo de pájaros y plantas. El Palacio de San Carlos hechizaba a los lugareños por la belleza de la construcción, sumada a la finísima decoración de su interior. Construido en apenas dos años, entre 1886 y 1888, en base a materiales traídos desde distintos puntos de Europa, poseía instalaciones y comodidades desconocidas para la zona: calefacción central por medio de hogares de mármol, sistema de iluminación a gas, sistema de agua corriente, sanitarios móviles y más. El paso del tiempo no le ha quitado belleza.
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