¡Hola queridos amigos!Para poder desarrollar el octavo item del Decálogo de Paz, que dice: “Ser, dejar libre al Ser que habita en ti”, debo primero decir qué es el Ser o qué es Ser. ¿Cuántas veces hemos escuchado que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios? ¿O que somos su templo? ¿O que está dentro nuestro o que somos parte de Él? Son tantas y de tantas formas diferentes que, desde el cielo, tratan de llegar hasta nuestros centros para hacernos reconocer como los Seres divinos que somos y, aún así, éste reconocimiento de nosotros mismos nos está vedado por el camino del razonamiento. Es por esto que el hombre sólo puede llegar a su destino a través del silencio, cuando la mente calla, siendo allí donde se conjuga la gracia y el milagro se produce en una experiencia indescriptible para los sentidos humanos, cuando Dios se da a conocer, entonces tú sabes que Él. Es, entonces y sólo entonces, tú Eres. El secreto es no quedarse en el momento y seguir en el camino, y con nuestros actos tratar de identificarnos cada vez más con el pueblo de Dios. Somos peregrinos de esta vida y nuestro destino es caminar sobre los pasos de aquel que fue enviado a mostrarnos cómo. A veces en subida, a veces en bajada; y la fuerza para subir nos la da la oración silenciosa que nos va otorgando una paz progresiva y no debemos decepcionarnos si la vida nos la arrebata. Pues no importa errar, en tanto y en cuanto del error aprendamos. Seguir es la consigna, no quedarse en los logros ni en las caídas. El secreto es perseverar hasta adquirir el buen hábito de la oración diaria, hasta que desees ese tiempo de silencio como el más delicioso manjar con el que quieras deleitarte a solas. Cuando en el silencio el milagro de nuestro reconocimiento se produce, y tomamos conciencia de quienes somos, podemos llegar a ver y/o sentir que somos maravillosos Seres de Luz. Hasta acá traté de describir con humanas palabras lo que no es dado a comprender por el intelecto, o sea lo que es el Ser y cómo llegar a reconocerlo o reconocernos. Ahora me abocaré a la difícil tarea de explicarles lo que es Ser y dejar libre al Ser que habita en nosotros. Como nos descubrimos que somos maravillosos seres de luz, debemos decir qué es la luz. Luz es energía electromagnética y sabemos que los pensamientos son eléctricos y las emociones son magnéticas. Concluimos entonces que esa es nuestra esencia, que es la parte nuestra igual a Dios, y que es a través de esta experiencia como humanos que tenemos ese potencial, que es el que nos impulsa a perfeccionarnos hasta llegar a Ser. Ahora pasaré a decirles cómo:• Ilumina todo a tu paso, haz consciente esa luz en todo momento, dirígela donde sea necesario. No permitas que nada ni nadie te la opaque. • Esa luz debe ser alimentada con actitudes cariñosas, dulces palabras, pensamientos elevados unidos a sentimientos de amor. • Cambia las murmuraciones por halagos, eleva los malos pensamientos, transmuta el dolor, la tristeza y los sentimientos hostiles en amor. • Crea, construye, edifica siempre, no ocupes tus energías en cosas indignas, se fuente de inspiración. • Debemos aprender a ampliar la chispa divina que Él puso en nosotros, en amor, en caridad, en dulzura, en paciencia, en bondad, en comprensión, en humildad. • No nos dejemos enceguecer por las luces de la tierra, porque toda luz debe ser devorada por la luz única que brilla en nosotros más fuerte que el sol. • Ahora es el momento que el plan divino se cumpla en la Tierra, es hora de que el hombre deje de vagar de generación en generación por este planeta ignorando su origen. Éste es el error, la mentira a la que ha estado sometido durante tanto tiempo. Manifestémosnos ya como lo que somos: ¡hijos del Padre Celestial, maravillosos Seres de Luz!Oración al Ser nacienteLindo es ver el día de lluviatransformarse en sol brillante pero más hermoso es ver el almaque despunta cual el albacon sus rayos rasgandola noche de la ignorancia. ColaboraGraciela del CarmenZaimakis de AbrahamEscritora
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