Señora Directora: No es extraño hallar en las redes sociales la divulgación de hechos de violencia escolar entre alumnos, sin importar el sexo al que estos pertenecen. Y digo ello porque generalmente se los tuvo como violentos a los varones, pero ahora la cuestión parece estar emparejándose.Ésta, la de la violencia entre jóvenes y adolescentes, así como el bullying son cuestiones preocupantes en lo que, en muchos casos, las autoridades escolares se desentienden, sobre todo si los hechos ocurren fuera de la escuela. Cargan la responsabilidad sobre los padres o tutores, olvidando que ellos también son fundamentales en la hora de formar los valores sociales y morales en cada chico y que su contribución a esa problemática es esencial para poder limitarla desde todos los frentes.Por supuesto, ésta no es la regla porque debo reconocer somos muchos docentes que tomamos en serio el problema y tratamos de lograr respuestas y soluciones. A veces, incluso, contraviniendo las decisiones superiores que se desentienden de situaciones donde deberíamos necesariamente jugar un papel destacado.Más allá de esta problemática, entre muchos de esos directivos y autoridades educativas existe la idea de que los problemas de la familia no deben entrar en la escuela. Cuando es ésta el lugar donde los chicos aprenden a convivir y socializar plenamente.
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