En ocasión de celebrarse el Día Mundial del Tai Chi y QiGong se hizo la presentación, en Norteamérica, del libro de la Harvard Medical School sobre los resultados de los estudios sobre los beneficios de practicar Tai Chi, en cualquiera de sus diferentes estilos. La investigación científica se realizó con adultos mayores con distintas patologías, internados en su Hospital Escuela a lo largo de catorce años, mientras practicaban este antiguo arte marcial. En la Guía de Harvard se cita: mayor equilibrio, agilidad y movilidad; ayuda a mejorar los dolores lumbares y problemas de la columna vertebral; refuerza el sistema inmunitario; controla los niveles de colesterol y la presión arterial; reduce el dolor de las articulaciones, etc. Calificaron al Tai Chi como la medicina en movimiento y verdadera terapia de rehabilitación. Un ejemplo viviente es María Alejandra Oliva, mendocina, poseedora de una docena de medallas de oro en campeonatos internacionales, con posgrado en la Universidad de Nauying, Shangai, quien expresó en varias entrevistas que se acercó a esta disciplina porque sufría de escoliosis en la columna, en estado tan avanzado que las vértebras ya estaban rotadas y la única posibilidad que le ofrecía la medicina era la operación quirúrgica, a la que se negó. Dijo: “Hoy tengo una columna flexible. Los músculos del costado se fortalecieron y dejaron de desviarse y ya no sufro los dolores que tenía durante mi adolescencia”. Luego sumó la práctica del Kung Fu.La campeona Oliva describe al Tai Chi como una serie de movimientos suaves y flexibles que no requieren la utilización de la fuerza física, y mediante la cual músculos y articulaciones trabajan suavemente, la respiración se hace pausada y profunda, la mente se concentra, y esto mejora todos los sistemas: metabólico, cardiovascular, inmunológico, respiratorio y osteoarticular.Como practicante e instructora de Tai Chi Pakua puedo concluir y afirmar, desde mi experiencia personal, que abre un camino de mejoramiento general, tanto en la salud física como mental y emocional. La energía que fluye en mi cuerpo siempre me sorprende ya que muchas veces se presenta de manera visual, como imágenes no buscadas, comprensiones súbitas, movimiento en ondas y se traduce en un sistema muscular-esquelético fuerte. (Continuará)ColaboraHilda GonzalezExperta en [email protected]
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