Sugestivamente a tono con el cronograma electoral, comienza a difundirse una visión más optimista sobre la marcha de la economía, que resultó decepcionante durante el último año y medio. El Gobierno insiste, sin embargo, en no pivotear su mensaje electoral sobre la agenda económica pos electoral, donde se debatan medidas de flexibilización laboral, trasciende, sin embargo, desde diversas fuentes. Este miércoles un informe de la Organización Para la Cooperación Económica y el Desarrollo (Ocde), con Estados Unidos a la palestra. Se hizo una severa crítica de la economía argentina a la que se exclamó una apertura irrestricta a las importaciones, mayor independencia del BCRA y reformas concretas, como la baja del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, y una eliminación de regulaciones laborales. El programa de ajuste expuesto por la Ocde contiene un condicionamiento implícito, al responder a las gestiones de Dujovne para incluir a Argentina como aspirante a una membresía en el poderoso club. La intromisión del ente multinacional en las políticas internas de un país independiente resulta tan evidente que aún el propio jefe de asesores del Ministerio de Hacienda se mostró dubitativo. El ministro no dejó pasar el gesto y enfatizó que “no podría estar más de acuerdo” con el contenido del informe y, para no dejar dudas, remarcó que “son los objetivos que impulsamos”. Por cierto, el organismo es tan cuidadoso con el lenguaje como el propio Gobierno. Pide “medidas de igualdad de género como la equiparación de la edad jubilatoria de hombres y mujeres”, recomienda “reducir los gastos con empresas públicas” y sugiere que se prevean “políticas sociales para moderar el impacto de la apertura”.
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