Como una historia de nunca acabar, los pobladores de Santo Pipó siguen padeciendo los interminables cortes de agua potable o la prestación de un servicio donde el líquido llega a los domicilios en color chocolate intenso. En esta ocasión hay sectores que ya llevan una semana sin poder disponer de este elemento vital, otros un par de días menos. Quienes poseen tanque debieron racionalizar al máximo, aunque es un ejercicio que aprendieron con el paso de los años, mientras que otros pudieron disponer del agua gracias al gesto solidario de una cooperativa yerbatera, que colocó una canilla en las afueras del predio para que el que necesite pudiera servirse cuando esto sucede. Frente a la entidad las colas son realmente extensas ya que cada uno dispone de los recipientes más diversos para poder recolectar un poquito más y así evitar varios viajes con el líquido a cuestas. Eso sí, quienes pueden hacerlo, porque hay personas mayores que ya no están en condiciones de acarrear los pesados baldes y se quedan sin la alternativa. En el primer día de clases luego del receso invernal, a la Escuela 214 acudieron muy pocos alumnos porque la mayoría no tiene para lavar la ropa o peor aún, para higienizarse. El establecimiento permaneció abierto porque tiene una perforación pero no cuenta con canillas para el abastecimiento. En esta oportunidad, y a diferencia de las anteriores donde el problema se suscitaba en las bombas dispuestas en el arroyo Ñacanguazú, dijeron que el inconveniente se produjo en la planta potabilizadora, que se encuentra cerca del pueblo, y que debían hacer tarea de mantenimiento.El anuncio del regreso del agua daba cuenta que al mediodía todos contarían con el servicio pero al cierre de la edición todavía no había indicios de que la noticia fuera la que esperaban los pipoceños. Según una vecina, el martes 18 el servicio se corto definitivamente. En algunos sectores volvieron a largar el miércoles desde las 14 y hasta las 20. Luego no hubo novedades hasta este lunes, cuando volvieron a bombear pero debido a la suciedad que presentaba nadie permitió que subiera a los tanques en estas condiciones.
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