La "banda del golpe", conocida así entre los remiseros y taxistas posadeños por sorprender -en la mayoría de los casos, pero no en todos- con un inesperado puñetazo con el que desconciertan a sus víctimas, volvió a hacer de las suyas durante la madrugada del lunes. Se trata de la octava denuncia en contra de los hasta ahora desconocidos malvivientes que asolan las noches posadeñas.A diferencia de los anteriores, el nuevo episodio registrado tuvo como protagonista a solo uno de los dos involucrados, aunque la sospecha es que el otro, conocido como “Porteño” por su acento, hizo las veces de apoyo logístico para que el asalto terminara en éxito.Según pudo saber PRIMERA?EDICIÓN, efectivos de la Dirección de Investigaciones y Delitos Complejos de la Policía provincial profundizaron todas las líneas a los fines de dar con la dupla, de la que ya están alertados los trabajadores del volante, quienes incluso se organizaron a través de grupos de Whatsapp para colaborar con la investigación.Un falso pasajeroDel nuevo episodio, el octavo, se tomó conocimiento alrededor de la 1.30 del lunes, cuando efectivos de la comisaría seccional Sexta fueron alertados sobre un remisero que había sido víctima de un asalto en la capital provincial.Entrevistados con la víctima, los investigadores pudieron determinar que el hecho se produjo sobre avenida López y Planes casi Soria, a dos cuadras de avenida San Martín, cerca de donde el falso pasajero había pedido un viaje.Al decir del taxista, minutos antes circulaba al mando de su Chevrolet Corsa en inmediaciones de Almirante Brown y Lucas Braulio Areco cuando fue interceptado por el malviviente, quien se hizo pasar por un cliente, se subió al rodado y le pidió un viaje a las coordenadas donde la historia finalmente acabó.El conductor, de 40 años, condujo hasta López y Planes y Soria sin imaginar lo que sucedería luego. Al llegar allí, el maleante extrajo un arma de fuego -sería un revólver calibre .22 milímetros- y le exigió la recaudación del día. Se alzó así con 800 pesos en efectivo.Podría haber sido un robo más. Sin embargo, dos características encendieron la alarma entre los detectives, propias del dúo que mantiene en vilo a los mismos desde hace un mes. En primer lugar, el autor antes de huir se alzó con la llave de encendido del Corsa. Y segundo, la descripción física aportada por la víctima coincide con la de “Misionero”, uno de los buscados.Al respecto, el taxista contó que vestía campera negra y vaqueros azules, era flaco, de aproximadamente 1,75 metro de altura, morocho y de cabellos cortos.Ante la nueva denuncia y la repercusión del caso es que diversos trabajadores del volante aportaron datos sobre quiénes podrían ser los delincuentes, además de difundir identikits de los ladrones. Entre otras cosas, dijeron que “Misionero”?y “Porteño” contarían con un tercer cómplice y que, después de cada robo, huyen los tres a bordo de una motocicleta blanca. Intensa búsqueda“Misionero” y “Porteño” están acusados de cometer al menos ocho episodios de similares características en las últimas semanas en la capital provincial. La modalidad siempre es la misma: se hacen pasar por pasajeros y, al llegar a destino o cerca, repentinamente golpean desde atrás al conductor para desconcertarlo y evitar cualquier tipo de defensa. Para cuando el chofer se reincorpora, ya tiene un arma de fuego en la cabeza. De las denuncias surge que los botines no superan los dos mil pesos en cada robo. No obstante, en uno de los hechos intentaron llevarse el GPS?de un remís, que finalmente dañaron al intentar hacerlo.“Misionero” es de contextura delgada, mide alrededor de 1,75 de altura, es morocho y tiene acento local, mientras que “Porteño” es alto, tiene acento de Buenos Aires y cabellos rubios. Ambos tienen entre 25 y 30 años.
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