El acceso a los servicios de la obra social Pami es una de las principales, si no la principal, preocupación de los jubilados. En especial quienes a una edad avanzada sufren de problemas de salud que necesitan asistencia constante. En Andresito esa preocupación crece cada vez más porque desde inicio de 2017, los abuelos no pueden acceder a sus servicios. “Los afiliados se encuentran a la deriva”, señaló a PRIMERA EDICIÓN la presidenta del Club de Abuelos de esta localidad, Elena Portolán, quien se encarga de suplir la ausencia de Pami y lleva adelante los trámites de los afiliados desde comienzo de este año cuando se quedaron sin atención. “Nosotros hace siete años que comenzamos a trabajar como Club de Abuelos y hacemos lo posible para ir mejorando pero el mayor problema es la falta de asistencia por parte del Pami”, afirmó Portolán. Explicó que hasta 2016 los afiliados recibían la atención por parte de una delegación existente en la localidad de Puerto Esperanza, “pero el servicio terminó a comienzos de este año, argumentando la falta de pago de viáticos al personal que desempeñaba la tarea”. Así, “son 800 los afiliados de Pami que no cuentan con el servicio en su comunidad. Es más, para realizar algún trámite los abuelos deben hacer un viaje de 100 kilómetros para llegar a la localidad más cercana y ser atendidos”, recalcó.Además comentó que “hay abuelos que no pueden viajar porque tienen problemas de salud. Son muchos los casos que se debe atender y hay que tener en cuenta que ya no están en edad de andar de un lado para el otro, necesitamos contar con una oficina o una boca de expendio para que nos atiendan en nuestra comunidad”. Para finalizar, Portolán resaltó que el club cuenta con un espacio propio ofrecido al Pami para prestar el servicio. “Les enviamos notas a las autoridades de la entidad donde inclusive les ofrecemos un lugar de manera gratuita donde pueden abrir la oficina de atención pero no nos dan respuestas”.
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