Hay que prepararse bien, estar listo para andar mucho durante varios días a unos cuatro mil metros de altura. La travesía en Atacama comienza apenas nos adentramos en territorio donde abunda la sensación de libertad e inmensidad.En este lugar la tierra brinda su show extraordinario que conjuga el desierto, volcanes, salares y aguas geotérmicas, además de ejemplares de flora y fauna únicos en el mundo. El hombre puso respeto, ecos de cultura andina y un puñado de pueblos con sus propias tradiciones y folclore. El desierto de Atacama es un mar de sorpresas, encrucijadas de caminos que van y vienen de Bolivia a Argentina y al Pacífico. En el desierto se puede avistar a las vedettes de la fauna: alpacas y llamas. Luego el paisaje se convierte en un corredor volcánico en límites con Bolivia y un enorme escenario natural cuando se accede a las grandes planicies saladas, llegamos a las termas de Puritama, rodeadas de juncos y montañas con aguas en distintas temperaturas, para ver los géiseres en acción. Es a la salida del sol cuando los orificios arrojan las nubes de vapor más elevadas.El salar de Atacama es de un blanco que encandila, es un hábitat de centenares de especie de aves, incluyendo los flamencos.El viento ha transformado este lugar en un universo de fantasía con puesta de sol y noche de luna, y los flamencos en el salar del desierto de Atacama, es el punto culminante de escenario natural único en la Tierra. Los atacameños han utilizado los frutos de la madre tierra en pisco sour, un brandy de uvas fabricado con diferentes grados de alcohol con limón. En noches de música andina entre locales y gringos. Prolongadas guitarreadas, son las antesalas de una noche que puede terminar, en el parador Tambo, y bailar música andina hasta el amanecer.HaikuEn el desiertoconfiada, se desvistela flor del cactusColaboraAurora Bitó[email protected]
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