Los misterios más profundos de la frontera sumaron ayer un nuevo capítulo, en este caso directamente ligado a Misiones. Dos jóvenes oriundos de Jardín América fueron ejecutados a balazos en una ruta de Brasil cercana al río San Antonio, en lo que se supone fue un ajuste de cuentas aún no del todo claro.Las víctimas fueron identificadas por las autoridades brasileras como Silvio Alejandro Antúnez (24), quien administraba junto a su familia plantaciones y un aserradero, y Martín Nicolás Ríos?(30), hijo de un exintendente de Jardín. Los cuerpos aparecieron a poco más de treinta metros de distancia sobre la ruta nacional BR-163, unos 30 kilómetros al norte de Santo Antonio do Sudoeste.Sobre las hipótesis, las autoridades del país no descartan ninguna teoría.?No obstante aquello, un episodio de robo estaría descartado en virtud de que entre las pertenencias de los jóvenes fueron encontrados 53.900 pesos. Por lo pronto, por las características del hecho, en principio los policías brasileros se inclinan por un “ajuste de cuentas” cuyas motivaciones son aún materia de investigación.Tras ser trasladados a la localidad de Francisco Beltrao, los cuerpos posteriormente serán liberados y entregados a sus familiares en Misiones. Anoche, mientras allegados aguardaban por ese procedimiento, Jardín América permanecía cubierta por un manto de conmoción, angustia e incertidumbre.Un cuerpo sobre la banquinaSegún pudo saber PRIMERA?EDICIÓN, la investigación se inició alrededor de las 20 del último jueves en el kilómetro 122 de la ruta nacional BR-163, que conecta Santo Antonio do Sudoeste con Capanema, frente a la localidad misionera de Comandante Andresito.Efectivos de la Policía Rodoviaria Federal?(PRF) se toparon en ese lugar con el cadáver de Antúnez, que yacía sobre la banquina con al menos cinco orificios de arma de fuego, tres en el pecho y dos en la espalda.Rápidamente intervinieron en la escena uniformados de la Policía Civil de la comisaría de Realeza, por cuestiones de jurisdicción. En el lugar, al lado de la mano derecha de Antúnez, fue secuestrada una pistola Bersa 380, un proyectil calibre .38 milímetros y una gorra negra. En el asfalto, en tanto, se encontraron marcas de arrastre que podrían ser de frenadas de vehículos o también del propio arrastre del cuerpo, en virtud de que la campera del joven sufrió daños compatibles con ese accionar.Otra noticia angustianteLa noticia del hallazgo de Antúnez conmovió a Jardín. No solo por el impacto en sí, sino también porque desde entonces fue declarado como desaparecido Ríos, quien lo había acompañado al otro lado de la frontera.La incertidumbre al respecto terminó de resolverse ayer por la mañana, durante los primeros rayos de sol, cuando las autoridades regresaron al kilómetro 122 en busca de pistas y encontraron la camioneta Chevrolet S-10 gris en la que las víctimas habían viajado.El rodado estaba oculto detrás de un malezal, a unos treinta metros del lugar del hallazgo de Antúnez. En el interior, acostado sobre la butaca del acompañante, Ríos yacía sin vida con al menos dos orificios de arma de fuego. Todo indica que fue ejecutado de un disparo en la nuca.En la Chevrolet, que sería propiedad de Antúnez, se encontraron vestigios de sangre en las puertas traseras y el piso, además de cinco cartuchos de calibre 16 y 20 milímetros. Serían de una escopeta que aún no fue localizada.Apuntan a un “ajuste”En virtud de la violencia con la que actuaron los homicidas -que serían al menos dos, al decir de la Policía Civil de Realeza- es que se sospecha que se trató de un “ajuste de cuentas”, aunque las motivaciones así como las identidades de los homicidas no están para nada claras.Por lo pronto, la hipótesis del robo no cierra para los investigadores del estado de Paraná. Es que en los bolsillos de Antúnez fueron hallados 49.200 pesos en efectivo, mientras que entre las pertenencias de Ríos había 4.700 pesos. No obstante, medios nacionales hablaban de “piratas del asfalto” que podrían haberse alzado con una suma mayor a lo que quedó en poder de las víctimas. Todo es materia de investigación.Un viaje sin retornoMientras tanto, con respecto a la reconstrucción que llevan adelante las autoridades tanto de uno como del otro lado de la frontera, todo indica que Antúnez fue el promotor del viaje hacia la zona. Incluso hay versiones que indican que invitó a familiares y allegados al periplo, pero recién consiguió acompañante cuando consultó con Ríos.Con respecto a los motivos del viaje, tampoco están claros. Una línea indica que Antúnez viajó a Brasil para cambiar una suma en reales. Otra, que lo hizo para llevar adelante una serie de intercambios comerciales.De una u otra manera, lo que pareciera acreditado es el camino que siguieron ambos hasta ser sorprendidos por la muerte. Se supone que salieron de Jardín América y condujeron hasta Comandante Andresito, en el noreste de la provincia, desde donde cruzaron por el puente internacional a Capanema. Aparentemente Antúnez poseía tierras en aquel sector, que conocía “?de memoria”.Por lo pronto, lo cierto es que anoche continuaban las pericias en suelo brasilero, tanto sobre el vehículo -que recibió varios impactos de bala- así como en los cadáveres, a los fines de encontrar detalles que permitan seguir los pasos de los homicidas.En ese sentido, las autoridades del país vecino entraron en contacto con sus pares de Misiones, a sabiendas de que detrás podría estar, una vez más, alguna organización dedicada al delito en la frontera.
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