Por enésima vez, una delegación de misioneros se traslada a Buenos Aires en busca de soluciones para problemáticas que se repiten en los últimos años sin visos de solución.Por un lado, la crisis yerbatera, definida como “crisis de precios” o “de sobreoferta”. En cualquiera de los casos, pesa el incumplimiento del precio oficial y la inacción del Instituto Nacional de la Yerba Mate en la fiscalización. Por el otro, el tabacalero, afectado por la retención de fondos del FET por parte de la Nación.Esta vez será el ministro del Agro, José Luis Garay, acompañado de diputados de la renovación y Cambiemos, quienes intentarán “sensibilizar” al ministro de Agroindustria de la Nación, Ricardo Buryaile. La delegación misionera llevará una crítica exposición de la actuación del Inym. La inoperancia del Instituto en la fiscalización de las transacciones yerbateras es proverbial, sin embargo en el Gobierno misionero se sugiere que las expectativas de una actitud más firme del organismo que preside Alberto Re, habrían caído recientemente, luego del fracaso en que redundó la reunión con legisladores provinciales, el pasado 29 de junio. La falta de entendimiento, que se expresó hasta en cruces de cartas-documento, habría convencido al gobernador Passalacqua, que se reunió por este tema con intendentes y legisladores el 4 de julio, de la necesidad de requerir una intervención de la Nación, en la persona de Buryaile. En otras palabras, la delegación espera que Buryaile saque de la galera las respuestas y acciones concretas que el Inym no supo aportar en los últimos meses. Con la experiencia de una historia de más de una década en la que se repite el mismo drama, es legítimo dudar del éxito de la empresa, conociendo además el perfil del ministro (exvicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas). Es de esperar, no obstante, que la voluntad política y una coyuntura propicia permitan, al menos, abrir un canal para una revisión de la permisividad que impera hasta hoy ante las irregulares compras de materia prima. Con ello no se resuelve, obviamente, una crisis que reconoce causas más profundas, y que suma al proceso de concentración en el sector agrario.
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