La esperanza es quizá la suprema dicha que nos depara este mundo. Lo cierto es que ni el individuo ni la sociedad pueden sobrevivir sin ella, porque la esperanza es el mecanismo que mantiene a la raza humana tenazmente activa, soñando y proyectando, construyendo. No es lo opuesto al realismo, si no a la antítesis del escepticismo y de la desesperación.Los mejores elementos de la humanidad han conservado siempre la virtud en medio de las peores adversidades, han vivido en las situaciones menos propicias y han logrado edificar sobre los más precarios cimientos.Quien cultiva esperanza ve a los demás como podrían ser y por consiguiente lo ayudan.Un conocido mío estaba casado con una alcohólica que causaba repetidos desengaños. El sin embargo, jamás perdió la esperanza de reformarla. Una noche la mujer lo avergonzó en mi presencia y de algunos amigos íntimos. Ella, después se deshizo en lágrimas.-¿Por qué no te separas de mí? Le preguntó. -Porque aun te veo como fuiste y sé que aquella personalidad sigue viviendo en ti – respondió él.La vida en un clima de los afectos se cura. La vida está en contra nuestra. Siempre lo ha estado.Sin embargo la mayoría nos aferramos casi siempre a la esperanza. Cada mañana renacemos, pues pesada la noche escapamos de la oscuridad de nuestros sueños y volvemos a la luz del ser.¡Que día tan hermoso!Recobramos la esperanza en forma tan natural como germina la semilla y sale el sol. ¡Mañana me irá mejor! HaikuEl ánimo;alegre mantienela edad florida.ColaboraAurora Bitó[email protected]
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