Diez años después de que el Movimiento de Resistencia islámica (Hamas) asumió el control de la Franja de Gaza e Israel impuso el bloqueo a ese territorio, la población vive en condiciones cada vez más precarias y desesperadas, según un informe de Naciones Unidas publicado en las últimas horas.Tras emitir el análisis, Naciones Unidas conminó a Israel, a la Autoridad Palestina, a Hamas y a la comunidad internacional a actuar para impulsar el desarrollo sostenible y la reactivación de los sectores productivos de Gaza, así como a mejorar la libertad de movimiento de personas, bienes y servicios desde y hacia ese territorio.El texto advierte que las proyecciones realizadas hace cinco años de una situación “invivible” para los habitantes de Gaza en 2020 empeoraron todavía más, porque el deterioro “se aceleró considerablemente”.El coordinador de la ONU para Ayuda Humanitaria en los Territorios Palestinos Ocupados, Robert Piper, consideró que si bien los factores identificables son la toma del poder en Gaza por Hamas, las restricciones impuestas por Israel y la división administrativa de la Franja y Cisjordania, “existen también otras causas para ese sufrimiento”.“Hay muchos actores involucrados y muchos de nosotros, incluyendo a la comunidad internacional, cargamos con parte de la responsabilidad de la situación en la que se encuentran hoy los civiles de Gaza”, agregó.El estudio subraya el empeoramiento de los servicios de salud y la carencia de doctores e instalaciones hospitalarias.Los hospitales del pequeño territorio están en condiciones precarias, con la mayoría de los quirófanos cerrados, escasez de agua potable y las aguas residuales que se están vertiendo en el Mediterráneo a un ritmo de 100 millones de litros diarios, con graves consecuencias medioambientales.Los expertos apuntaron que la irrigación de los cultivos es muy limitada, “algo que empeorará aún más la inseguridad alimentaria existente entre la población gazatí”.Además, las familias se ven obligadas a conservar comida sin refrigeración, una “receta perfecta para el desastre” si se combina con el “extremo deterioro” de los servicios sanitarios básicos, apuntaron los expertos de la ONU.El combustible importado desde Egipto recientemente “alivió un poco” la situación en Gaza, pero esta “no es una solución permanente” para una población debilitada.La crisis eléctrica “representa un fracaso para todas las partes implicadas -Israel, la Autoridad Palestina y Hamas- que deben defender los derechos fundamentales de los ciudadanos gazatíes, incluyendo el derecho inalienable a la vida”.También advierte que la única fuente de agua se habrá agotado sin remedio para 2020, a menos que se tomen medidas inmediatas para preservarla.Piper reiteró el llamado a tomar medidas que reviertan el atraso en el que se hunde ese territorio y el desconsuelo de su población.“La asistencia humanitaria, sobre todo de parte de la UNRWA, ayudan a frenar un poco la caída, pero el rumbo a un mayor sufrimiento es claro”, alertó.El conflicto por el control de la Franja de Gaza comenzó en 2006, luego de que Hamas se impusiera por amplia mayoría en unas elecciones parlamentarias en las que obtuvo el control de la legislatura.El resultado desencadenó tensiones que condujeron a un conflicto civil entre palestinos y que culminó con la expulsión de las fuerzas armadas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que apoyaban al presidente Mahmud Abbas y la división política y territorial palestina. Hamas tomó por la fuerza el control de la Franja de Gaza, donde viven unos dos millones de palestinos. Israel y Egipto impusieron un férreo bloqueo a esta franja costera, mientras Estados Unidos, la Unión Europea e Israel incluyeron a Hamas en la lista de “organizaciones terroristas”.DrásticoEste 2017 quedó marcado en el calendario de los palestinos; se cumplen 50 años de la ocupación israelí y una década del bloqueo de Gaza. “El mayor problema es la falta de perspectiva de una solución política al conflicto”, insistió el diplomático Krähenbühl.El millón y medio de personas que vive en la minúscula Franja de Gaza se ahoga desde el bloqueo que Israel inició en 2007. Entre los 260.000 estudiantes que acuden a las escuelas de la ONU dentro del pequeño territorio, el 65% termina en la marginalidad y en el paro, alertó en febrero Pierre Krähenbühl, comisionado general de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA por sus siglas en inglés). “Los niños menores de doce años han vivido ya tres conflictos (contra Israel)”, el último, perpetrado en 2014. Y “la reconstrucción es poca por las trabas (israelíes) a la entrada de material de construcción” entre otros motivos, denunció entonces. Con estos elementos y una población gazatí en “constante lucha por obtener agua potable, comida, energía y gasolina”, el jefe de la misión de Naciones Unidas en el terreno alertó del “posible aumento de la inestabilidad” en un territorio que sobrevive de la ayuda internacional. Pero lo anterior es sólo “la punta del iceberg”. El impacto psicológico que existe entre la población de la Franja es “tremendo” y es lo más difícil de subsanar. Y Krähenbühl arrojó las cifras: la alimentación de un millón de personas depende totalmente de la ONU en el territorio gobernado por Hamas, que llegó al poder en 2006 a través de unas elecciones legítimas y que nunca más se convocaron desde entonces. En 2000 eran 800.000 los dependientes de la Organización. “La falta de perspectiva es el mayor problema allí”, reiteró el funcionario de Naciones Unidas al diario español El País. De qué se trataDurante la Guerra de los Seis Días de 1967 Israel conquistó Cisjordania, Jerusalén Este, la Franja de Gaza, parte de los Altos del Golán y la península del Sinaí, territorios que durante este medio siglo quedaron en el centro de la escena internacional y aún hoy -algunos de ellos- están en el núcleo de la tensión de esta convulsionada región.Antes de la guerra, Egipto administraba la Franja de Gaza, donde hoy viven dos millones de palestinos en sólo 365 kilómetros cuadrados. Israel desalojó a sus colonos y retiró a su Ejército de la zona costera en 2005, pero desde 2006 la somete a un bloqueo, en el que también ha participado Egipto, tras la victoria en las elecciones de aquel año del Movimiento de Resistencia islámica (Hamas).Hamas administra hoy en día la región luego de hacerse con su control absoluto y tras expulsar por la fuerza a su rival, el partido laico Al Fatah en 2007.Los Altos del Golán, que antes de la guerra se encontraban totalmente bajo control de Siria, fueron conquistados por Israel durante la guerra y una gran parte de la región y se la anexionó en 1981. El altiplano situado en la zona noroeste del país tiene importancia estra
tégica. Allí viven, entre otros, 25.000 drusos, un grupo étnico y religioso que sigue considerándose sirio. Esta anexión israelí tampoco es reconocida por la comunidad internacional, que reivindica la soberanía siria.Fuente: diario El País (España)
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