Señora Directora: El Fondo Especial del Tabaco (FET) fue creado dentro del marco de la Ley Nacional del Tabaco 19.800/72, con aporte del 7% recaudado y no imponible del valor de cada paquete de cigarrillo. Tiene por objeto atender problemas sociales y económicos del sector, y al mejoramiento del área productiva.Pasado el tiempo, creció el cultivo y también la presión de las ligas antitabáquicas por preservar la salud humana de los que fuman y no fuman. En respuesta al clamor de vida sana y a la creciente propaganda contra el consumo de tabaco, la Secretaría de Agricultura de la Nación montó el proyecto de Reconversión del Área Tabacalera (Prat), con fondos del FET, cuyo destino apunta a la sustitución del cultivo del tabaco, al cuidado del medio ambiente, a la provisión en cubrir daños por adversidades climáticas y asegurar el ingreso al productor. Excelente decisión que tiende a proteger el medio, introducir tecnología, preservar la salud del que produce y apuntalar las reconversiones productivas. Esto significa sustituir el cultivo del tabaco por otra producción que no cause tantos trastornos a la salud humana. Si bien el Prat propende a cuidar la salud del productor, en evitar y disminuir el trabajo infantil, a la higiene y seguridad en el trabajo, y a la capacitación de la mujer rural y de la juventud, se ha olvidado de quienes se enferman, no cuando plantan y cosechan la hoja, sino de los que aplican venenos pesticidas.En el cultivo del tabaco se emplea mucha mano de obra intensiva. Son 70 mil los obreros rurales en todo el país y 7 mil en Misiones de distintos sexos y edades; y familias enteras inclinados a esta labor agrícola. Se trata de un modelo de producción artesanal donde la tecnología moderna, hasta el presente, no fue capaz de incorporar ayuda en el modo de plantar ni de los cuidados culturales, entre ellos, la fumigación como medio para controlar los insectos.Para estos depredadores biológicos la hoja verde del tabaco creciendo en el surco es un manjar. Se alimentan, arruinan el cultivo y se multiplican exponencialmente. La única manera posible de combatirlos es con insecticidas. Este medio letal los voltea y también cae intoxicado el aplicador del veneno. La intoxicación aguda es frecuente y se atiende como tal mediante el empleo de antídotos –si los hay- y tratamientos sintomáticos. Estas caídas pasajeras se resuelven velozmente y rápidamente pasan. Lo que no pasa son las secuelas convertidas en crónicas, mayoritariamente con síntomas subclínicos de alteraciones neurotóxicas que el médico no ve, pero siente el que padece. Es la consecuencia patológica del extremado uso de pesticidas tras años de fumigar o estar en contacto con el veneno, que bien se investigara en el Hospital de Pediatría de Posadas y fuera publicado en un diario local en septiembre de 2006. Lo transcribo: “Un estudio realizado por el Servicio de Estadísticas del Hospital Madariaga, dirigido por el Dr. Hugo Néstor Gómez Demaio, reveló que el 0,5% de los niños nacen con mielomeningocele, una patología del sistema nervioso central que implica nazcan con la médula abierta y tengan secuelas severas. Da cuenta que la malformación se genera a los 28 días de gestación en el seno materno. Aparece con más frecuencia en zonas tabacaleras y papeleras donde se emplea agrotóxicos en los cultivos. La investigación fue realizada por el equipo de cirugía del Hospital Pediátrico, e indica como factor el uso indiscriminado de agrotóxicos”.Revela, además, “que Misiones tiene cerca del 13% de su población con alguna clase de discapacidad, casi el doble de la media nacional”. Este estudio fue presentado por el mismo Dr. Gómez Demaio, en la Tercera Jornada de Discapacidad y Derechos Humanos organizado por la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Pami y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, en el mismo año de su publicación.Siendo enfermedades congénitas, se colige que los padres se intoxicaron primariamente, ya sea por contacto, inhalación o en el sencillo acto de fumigar durante un tiempo prolongado. Tienen causas comunes: la ignorancia, la aplicación indiscriminada y en no cumplir las medidas preventivas y sanitarias regladas por leyes específicas. Según especialistas, las enfermedades neurotóxicas únicamente se advierten con observaciones minuciosas y análisis complejos. Si no son tratadas devienen en crónicas, mayormente irreversibles, de cuyas consecuencias el enfermo padecerá el resto de su vida.Cada vez son más las organizaciones sanitarias y de los derechos humanos que unen su voz de protestas para impedir la aplicación indiscriminada de pesticidas que dañan la salud y el medio ambiente. Se fabrican en el primer mundo y se comercia en Suramérica, vaya paradoja, allá están prohibidos.
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