¿Cómo puede <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/250640/un-espia-trucho-se-infiltro-y-engano-hasta-al-jefe-de-la-policia-de-.html">colarse un falso espía nada menos que en la Policía de Misiones ante el propio Jefe de la organización más preparada en el Estado misionero para detectar delincuentes</a>? Hay funcionarios de primera línea que no pueden dar respuestas a semejante incógnita que dejó la comentada presencia de este integrante “trucho” de la AFI (ex Side), que logró pasearse por los despachos policiales, sin conocerse aun si logró hacerse de información delicada. Al punto de conseguir una selfie que se publica en la edición de hoy con el titular de la fuerza de seguridad al que, al parecer, también estafó en su buena fe.Puertas adentro de la Jefatura, cuentan que un estrecho colaborador del comisario general Manuel Mártires Céspedes fue desplazado de su cargo, aunque nadie se anima a confirmar si fue por no advertirle al conductor de la fuerza de semejante hecho bochornoso. Es que, si alguien se presenta con credenciales de espía y no viene por un caso en particular (el espía se hace visible y queda expuesto), habría sido mejor que colaboradores de Céspedes chequearan la real existencia del individuo que hace uso de una influencia que no tiene. Como finalmente habría ocurrido días después que el “señor García” se infiltró en la Jefatura, cuando se pidió su detención ante la revelada falsedad.Con el ánimo de llegar a despachos importantes del poder, de lograr trascendencia y reconocimiento, algunos “servidores públicos” cometen graves errores que, incluso, podrían costarle los cargos para los que fueron designados. Y no sería desatinado pensarlo, puesto que en el caso de las fuerzas de seguridad, manejan datos sensibles (no solo de lo público sino de lo privado de muchas personas).Los funcionarios trascienden por los hechos, por las respuestas que dan a la población donde cumplen funciones. No por los contactos que puedan obtener mediante “relaciones institucionales”. Como plantea el propio espacio gobernante en Misiones: “Solo los hechos dan fe a las palabras”. En este caso, hacen falta explicaciones que logren dar algo de razonabilidad a semejante error cometido. Las personas se pueden equivocar y para enmendar el escandaloso momento, lo mejor que puede hacer la Policía es encontrar y detener al “señor García” y a sus cómplices.
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