La presión tributaria del Estado (en sus tres niveles: nación, provincias y municipios) sobre los productores agrícolas sigue registrando niveles sumamente elevados y superiores a los vigentes en los otros países de la región que compiten en precios y productos con la Argentina.Así lo reveló un reciente informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada). Dicho documento muestra que la participación promedio del Estado en la renta agrícola es del 74,7%.El cultivo con mayor índice de impuestos nacionales, provinciales y municipales es el trigo con un 85,4% de participación estatal en lo que cobran los productores. Casi no hay antecedentes en el mundo para comparar con la excesiva presión fiscal en este país.Un poco más atrás se encuentra la soja (que aún conserva 30% de retenciones) con un 76,5%.En tanto, la participación del Estado en la renta de los productores de maíz se encuentra en un 63,9%, al tiempo que en girasol es de 56,1%. Desde diciembre de 2015, estos dos productos, al igual que el trigo, ya no pagan derechos de exportación.El dato es que el 75% de participación estatal en la renta agrícola es similar a lo que percibía el Estado durante el kirchnerismo. En julio de 2015, por ejemplo, el índice Fada fue del 73,9%, mientras que en septiembre de ese año alcanzó el 94,1%.Así las cosas, para los especialistas consultados por La Política Online las cifras evidencian la pérdida de competitividad por problemas originados en la suba de costos productivos (inflación), baja de precios internacionales y atraso del tipo de cambio.El informe de Fada muestra una suba significativa respecto a marzo de este año cuando el índice dio 66,2% (casi diez puntos menos). "Esta suba se produjo, no por efecto de impuestos, sino por costos y precios internacionales", indicó el documento.
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