En los alrededores de Colón, en la provincia de Entre Ríos, la propuesta de turismo rural está compuesta por historias de inmigrantes, un hermoso paisaje y una tierra con su gente de tradición aferrada al trabajo artesanal. Todos estos elementos se conjugan en un mix de emociones y tradiciones. Estos caminos rurales son una invitación a sus paseos turísticos, producción y degustación de alimentos saludables, actividades de campo y alojamiento rural, para disfrutar en familia, en pareja o con amigos.El turismo rural en los alrededores de Colón, ofrece una atrapante cultura campestre. Al indagar y conocer sobre las raíces históricas de las Colonias que integran esta propuesta turística, es posible vivenciar experiencias únicas, de campo, todo en un entorno paisajístico delineado por el Río Uruguay como corolario de una pintura impresionista de Charles-François Daubigny.La Tierra de palmares es un ambiente natural, entendido éste en un sentido amplio de la palabra, con una geografía agreste donde conviven familias rurales que abren apasionadamente las tranqueras de su terruño para compartir entre mates e historias, la esencia de un turismo responsable a través de un intercambio cultural respetuoso entre el visitante y el anfitrión.Colonia Hughes Situada al sudoeste de la ciudad de Colón, a tan solo 13 kilómetros, se encuentra esta pequeña colonia rural que nació en 1871 por iniciativa de Luis Hughes. Al ingresar al poblado, en una de sus viejas casonas, existe una exposición y venta de antigüedades que le dan la bienvenida al mundo rural, sulkys, carruajes, arados, muebles, entre otros elementos, logran comprender la vida en estas latitudes hace más de 145 años. En el pueblo existe también, una capilla de 1895 dedicada a San Luis Gonzaga.Pero Colonia Hughes atesora una extraña historia, tal vez poco conocida por el común de las personas que transitan y eligen el Litoral Argentino para vacacionar, pero que se atesora en los libros de historia y que le dan un valor especial al lugar, se trata del Falansterio de Durandó.Juan José Durandó, de origen suizo, junto a su familia, se radicó en un campo de esta Colonia en 1888, iniciando un establecimiento agrícola en el que llegaron a convivir hasta 120 personas, pero en forma de comunidad que se autoabastecía y en la que se practicaba la modalidad del trueque.Los falansterios surgen de la obra del filósofo francés Charles Fourier sobre el socialismo utópico, el ideal era una sociedad agrícola donde las personas habitaran en un único edificio rodeado de tierras cultivables. A cada persona le correspondería un trabajo según su inclinación, que lo podían alternar para evitar la rutina. El Durandó contaba con sembradíos, frutales, una gran huerta, invernáculo, herrería, carpintería, zapatería, sastrería, escuela de primeras letras, artes y oficios, producían vino y grapa.También, en Hughes, es posible visitar una granja educativa con visitas guiadas, para conocer sobre la cría y características de aves ornamentales de gran atracción por su plumaje colorido, como los faisanes, pavos reales, entre otras especies.La capilla de San AnselmoSan Anselmo es una colonia situada a 16 kilómetros al sur de Colón, y que por su ubicación cercana al río Uruguay, ofrece alternativas turísticas utilizando al río como generador de actividades como kayakismo, paseos en lancha, cicloturismo y senderismo a la vera del río.Aunque no deja de estar presente el turismo rural entre sus establecimientos, con cría de caprinos, y producciones de queso y dulce de leche de cabra.Una de las particularidades de San Anselmo es su capilla (foto derecha) , una construcción de piedra, una rareza para la zona. Es una pequeña joya arquitectónica que se inició a mediados del año 30 del siglo pasado. Sus paredes son irregulares y con un sistema francés de 110% de pendiente por metro cuadrado en su techo. La devoción cristiana de los habitantes de Colonia San Anselmo se refleja en esta construcción concluida en 1939, la piedra utilizada fue de una cantera de la zona que también se utilizó para la construcción de la Basílica de Lujan.Molino ForclazAl noroeste de Colón a tan solo cuatro kilómetros y a medio camino hacia San José, se alza esta magnífica obra arquitectónica de fines del siglo XIX construida entre los años 1888 y 1890.Este particular molino de estilo holandés, fue alzado por el suizo Juan Bautista Forclaz, cuya finalidad era moler granos de trigo y maíz, necesitaba vientos muy potentes para funcionar dado a sus características, y fue por ello que nunca llegó a funcionar plenamente dada a la escasez de éstos, y su dueño tuvo que volver al viejo sistema de molienda llamado malacate.La base del molino es de 25 metros de circunferencia y sus paredes de un metro de espesor, realmente una increíble construcción que retrata la historia y la cultura de la región. En 1985 fue declarado Monumento Histórico Nacional y en 2003 Patrimonio Arquitectónico de la provincia de Entre Ríos.Parque Dr. Herminio QuirozEstratégicamente ubicado en una de las partes más elevadas de la ciudad, se instituye como el mirador por excelencia del cautivante paisaje costero. Asistir tanto a la salida como a la puesta del sol, se transforma en uno de los espectáculos naturales imperdibles de este extenso espacio verde de cara al río. Lo serpentean una serie de barrancas, senderos peatonales y escalinatas que invitan a una caminata placentera y al disfrute de la perfecta combinación de creación humana y naturaleza.Paseo de las TallasFue inaugurado el 13 de febrero de 2011, está en la plaza San Martín. Allí se emplazaron 28 tallas en madera realizadas durante los últimos años, en el marco de los Encuentros Nacionales de Tallistas que se realizan durante cada edición de la Fiesta Nacional de la Artesanía. Las obras se asentaron sobre bases de cemento en el sector junto a la calle 12 de Abril.Llama de la EsperanzaEscultura sobre el tronco de un árbol, en homenaje al Bicentenario de la República Argentina.
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