El mundo de las prisiones son zonas herméticas, colmadas de personas que se “equivocaron” infringiendo la ley o se volcaron a la delincuencia sabiendo que “si la cosa salía mal” podían terminar allí adentro por años. Los pasillos, el patio, la huerta, la panadería, un aula, la cocina, el taller y una habitación reservada, son prácticamente los únicos espacios de libertad que les quedan. En el Instituto Correccional de Mujeres del Servicio Penitenciario Provincial, son 45 las que están “del otro lado”.Perdieron la potestad de ser ellas quienes podían abrir puertas, ventanas, rejas y portones a su antojo. El afuera es un recuerdo que cada mañana se hace presente cuando abren los ojos al escuchar el llamado de la guardia cárcel.El penal está ubicado en el barrio de Miguel Lanús de Posadas. Es una edificación antigua, pero prolija. PRIMERA EDICIÓN pudo ingresar y mantuvo una entrevista con la alcaide mayor, la señora Teresa Mykietyn, quien nos habló de la vida dentro de la Unidad.Internas: el 35% es extranjeraDe las 45 internas, el 35% es extranjera y la mayoría de este grupo está por tráfico de drogas o contrabando. El 65% restante, las provinciales, están mayormente por homicidios, robos, corrupción de menores o prostitución. Algunas pueden estar ya condenadas, o por el momento solamente procesadas.Mykietyn comentó que se registra un incremento de la delincuencia femenina, sobre todo por el tráfico de estupefacientes.Actividades diarias“Tenemos un organigrama de actividad. Se diferencian en el de primavera-verano y otoño-invierno. Esa diferenciación se basa principalmente en cuestiones de seguridad y para aprovechar al máximo la luz diurna”,contó Mykietyn.La alcaide mayor comentó que “a las 5:45 comienza el levante de las internas. Las celadoras pasan por los pabellones dando el aviso y ellas automáticamente saben que deben levantarse”. Cada mañana se hace un recuento físico para ver si están todas presentes y en el caso que alguna interna que por ejemplo esté indispuesta o con gripe y no se levante, se la anota para el servicio médico. En el penal cuentan con doctores, enfermeros, psicólogos y asistentes sociales para asistir a las internas.“Tenemos una encargada de cocina que trabaja con internas auxiliares. Allí se les prepara el desayuno, aunque algunas chicas no pasan a desayunar porque reciben mercaderías de sus familiares. En ese caso se les provee de agua caliente para que lo puedan preparar ellas mismas. El desayuno puede ser mate cocido con leche con dos pancitos por ración, pero que pueden ser más si quieren repetirlo”, indicó. Las mercaderías las guardan en sus cofres, que son provistas por sus familiares o las visitas en general, las cuales pasan previamente por la requisa.TalleresDespués del desayuno empiezan las actividades laborales. Hay internas que pasan a los talleres de costura, huerta, panadería o cocina. Las que no se suman a los talleres pasan al recreo, donde suelen hacer manualidades.También hay otros talleres que dependen de las escuelas especiales o de la subdirección, que previamente fueron aprobados por la Dirección General del Servicio Penitenciario Provincial. Esos talleres son, por ejemplo, el de tejido o pintura, pero son opcionales. Estas mujeres que se abocan a estos talleres quedan bajo la supervisión de una coordinadora o de una celadora.Mykietyn señaló que la mayoría de las internas prefieren mantener ocupado su tiempo. “Cuando recién llegan aquí puede ocurrir que no quieran sumarse a las actividades, pero con el tiempo se van acoplando. Nos ha dado buenos resultados. También estamos tratando de implementar otros talleres que les llamen la atención y que le sirvan a futuro cuando ‘egresen’ de acá”, subrayó la superior.Las mujeres además realizan actividades deportivas. Tienen educación física y hasta clases de zumba. Justamente el dictado de ese baile está dirigido por una de las internas del correccional.Todas van a la escuela El almuerzo se sirve a las 12:15 y tienen media hora para comer. Luego pueden hacer una sobremesa antes de volver a sus pabellones. Ahí comienza el horario de la siesta que dura hasta las 14 horas, cuando comienzan las clases de la escuela especial Número 25 donde van las 45 internas. “Estamos contentos porque asisten todas”, destacó la alcaide. “Algunas eran analfabetas y aprendieron a leer y escribir acá. Otras terminaron los estudios secundarios y tenemos el caso de dos internas que tienen estudios superiores y pidieron cursar otras carreras vía internet. Para esos casos se les provee de una notebook, a la cual tienen acceso durante el horario que duran las clases”, detalló. El uso de la computadora siempre está supervisado por una coordinadora.Para cada examen, el juez libra un oficio de traslado para que puedan asistir. “Los sábados son días de descanso de las actividades formales y se les da tiempo para ver la TV o mirar películas con extensión de horarios. Por lo general el cierre es a las 22 pero cuando piden un rato más se les otorga el permiso. Por ejemplo para ver la novela ‘El Sultán’ a la que muchas están enganchadas”, contó la directora.Obligaciones“Buscamos que todo se maneje en un contexto de respeto, tanto de nosotros hacia ellas como de ellas hacia nosotros. No tenemos problemas graves de indisciplina. Los inconvenientes pueden generarse porque son internas de diferentes nacionalidades y tienen distintas costumbres. Con el tiempo ellas van limando esas asperezas. Al principio por ahí les cuesta adaptarse a la estructura dentro del penal, a los horarios, etcétera”, señaló. “En el caso que alguna interna tenga un problema de disciplina, se la aloja en una celda individual, donde sin poner en peligro su salud ni su integridad física, se le da un tiempo para que reflexione sobre sus actos. Solo se le permite recibir visitas”, indicó. A las internas se les pide que mantengan el orden, la higiene, el trato hacia sus iguales y el respeto que debe imperar.El arribo de una nueva reclusaSegún contó Mykietyn, cuando llega una nueva interna recibimos el oficio que nos indica que debe quedar alojada aquí. Tiene que tener las fichas dactilares que compruebe que es esa la persona que va quedar detenida. Un certificado médico que avale que no tiene ningún tipo de lesiones, o de lo contrario debe constar en el escrito. Se le pregunta a la interna si tiene alguna dolencia o enfermedad. Una vez que corroboran que el oficio fue emitido, la interna pasa al servicio médico para constatar lo que figura en el certificado. Se le toma un acta de manifestación espontánea sobre las dolencias que puede llegar a tener. Luego de ese trámite va a la requisa.“Algunas suelen traer pertenencias y otras no. Seguidamente pasan al servicio interno y quedan en un sector de observación (es la estadía es una celda previa que por lo general dura 24 horas). Conforme al oficio, esa interna puede haber llegado bajo el régimen de incomunicada. Luego debe pasar la doctora para examinarla y analizar que no tenga enfermedades infectocontagiosas. Si no está incomunicada, la interna tiene derecho a llamar por teléfono, salir al ba&n
tilde;o, tener su recreo, poder fumar, tomar mate. Pasada las 24 horas se dispone el alojamiento en los pabellones”, indicó.Pese a lo que puede llegar a creerse por lo que muestra el cine nacional y extranjero, aseveró que no existe ningún “comité de bienvenida” para las que recién llegan.“Les comunicamos que todas son iguales y tienen los mismos derechos. No existe ‘la que manda’ en el pabellón. Nuestra función es custodiarlas para que pasado el tiempo puedan reinsertarse en la sociedad”, destacó la rectora del penal.Enfermedades previasAcerca de cuáles son los principales problemas de salud con las que llegan, la alcaide señaló que muchas internas son adictas, o llegan con traumas psicológicos por violencia de género. Otras son de zonas agrarias y están aquí por corrupción de menores y prostitución. Algunas de ellas hacía años que no iban al médico. “Afortunadamente tenemos un buen equipo que les da una buena contención. Además, a todas se les hacen todos los estudios correspondientes sobre si están embarazadas o cuáles son realmente las enfermedades que tienen. Es para que nosotros conozcamos de antemano en caso que surja una emergencia sobre su salud y poder llevarlas a un centro asistencial”, indicó.Según precisó, actualmente hay una interna a la que se le detectó cáncer de colon y está bajo tratamiento. Mencionó que dos están con “código 70” (Sida) y también están bajo tratamiento. “Una de ellas anatómicamente es un hombre, pero por el cambio de identidad se le permitió estar alojada en una cárcel de mujeres. Con ella costó al principio la adaptación, porque como antes había estado en una cárcel masculina llegó con las formas en las que se manejan en esos presidios”, confió. Acerca de las que tienen problemas de adicciones y sufren del síndrome de abstinencia cuando recién ingresan, señaló que “se dan las reacciones propias de una persona que de golpe se queda sin consumir los estupefacientes. Tenemos el equipo médico, de psicólogos y psiquiatras que se encargan de tratar el problema”. La mayor tasa de adicciones se da en el orden de los psicofármacos y la marihuana.VisitasLos miércoles y domingo son días de visitas, de 8 a 12 y de 8 hasta las 17, 30. Pero se tienen en cuenta excepciones para familiares que viven lejos. En lo que respecta a las “visitas especiales”, que significan la posibilidad de tener relaciones sexuales con su pareja del exterior, la directiva especificó cómo es la modalidad. “Hay dos internas que están recibiendo el beneficio, las cuales atravesaron por un procedimiento previo. La asistente social debe realizar la comprobación del vínculo, que sea su marido o haya sido su novio antes de que hubiera ingresado al penal. Ese es un requisito muy importante”. “Hay una habitación especial para estos encuentros. Pueden escuchar música, se les dan dos horas y cuando concluye el tiempo se les avisa con una luz”. También existen las visitas intercarcelarias, que se realizan cuando la pareja se encuentra cumpliendo una condena. Previa autorización del juez, se ponen de acuerdo entre las unidades penales. Se dan cada 15 días.DineroLas internas no pueden manejar dinero. Las que recién llegan puede ser que tengan algo de efectivo. En ese caso en un plazo no mayor de 24 horas se deposita esa suma en una cuenta especial. Existe el caso de tres internas que cobran planes sociales. Si el oficio del juez autoriza se las traslada mensualmente al banco para que cobren el dinero. Regresan al penal y por lo general automáticamente se comunican con sus familiares para que vengan a retirar lo que cobraron. Todo eso se realiza con un trámite administrativo. Las internas que no tienen familia y reciben dinero, pueden depositarlo. Cada inicio de mes, la división administrativa le pasa una hoja con su saldo y se le pregunta si desea comprar mercaderías. Fotos: M.Fedorischak
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