“Acercarse a la gente, comunicarse en su idioma” es la principal receta que ofrece para el periodismo en estos nuevos tiempos Andrew Phelps, director de Producto del diario estadounidense The New York Times, acaso el mayor (y de mejor reputación) referente de la prensa en papel del mundo durante más de un siglo y medio (en septiembre próximo cumplirá 165 años) y que ahora también está a la vanguardia de la comunicación digital, que de hecho se ha convertido en eje de su negocio.Tan asombrosa transformación en menos de cinco años se debe, claro está, a una apuesta empresarial de su conducción, pero en parte fue motorizado gracias a un pequeño grupo de empleados que en 2014 elaboró un documento histórico –el “Innovation Report”- que diseccionaba la cruda realidad de la prensa escrita en el siglo XXI y delineaba un plan de acción para adaptarse a los nuevos tiempos, entrando de lleno en el periodismo digital sin descuidar (o incluso haciendo más valioso) su gran “joya”: el diario impreso.Uno de los ocho integrantes de ese equipo fue Andrew Phelps, quien esta semana visitó Argentina invitado por el grupo Telecom como una forma de agasajar a los periodistas en su Día con el regalo más útil: la capacitación.Fue el jueves, en el edificio de la empresa en Puerto Madero (Buenos Aires), donde se convocó a los principales medios nacionales pero también a un puñado de diarios del interior, referentes en sus respectivas regiones, entre ellos PRIMERA EDICIÓN. Allí, Phelps sintetizó parte del proceso que llevó a toda una institución histórica y tradicional a convertirse en un referente del periodismo “joven” que demandan las audiencias en el siglo XXI, y eso en menos de cinco años.El lector en el centroLa receta, a grandes rasgos, parece sencilla: “La clave es el desarrollo de audiencia, poner al lector en el centro de nuestro trabajo”, definió Phelps. Es que hasta entonces “los periodistas del New York Times eran muy buenos en hacer periodismo, pero estaban muy atrasados en llevar ese buen periodismo hasta su audiencia”.Una situación bastante crítica si se tiene en cuenta que “el lector es hoy la principal fuente de recursos de un gran medio, más incluso que los anunciantes. El antiguo modelo de publicidad y no funciona porque al anunciante no le importa tanto el contenido como el número de clicks. Sin embargo, la gente está dispuesta a pagar por un periodismo de calidad, solo hay que pedírselo”, tal y como sentenció recientemente el presidente de Amazon y reciente comprador del Washington Post, Jeff Bezos.Como The New York Times (y tampoco The Washington Post) no estaba dispuesto a renunciar a la calidad que lo convirtió en referente del periodismo mundial a cambio de un puñado de “clicks” (y su consecuente conversión a dólares por vía publicitaria), se “jugó” por un modelo de suscripción por Internet que de forma meteórica –y tal vez sorpresiva- no solo llevó a tener más de un millón de usuarios de pago en Internet sino también a multiplicar su base de suscriptores al diario impreso.Esa apuesta de riesgo, en realidad, solo pudo ser exitosa a partir de dos premisas: aportar más calidad cada día tanto en el papel como en Internet, y mejorar la forma de llevar al público esos contenidos.Ahí es donde se torna clave lo que Phelps define como “desarrollo de audiencia” y la necesidad de “acercarse a la gente, comunicarse en su idioma, pasar de la voz autoritaria que tuvimos históricamente a ponernos a la altura del otro para generar una relación de confianza. Así ganamos los dos”.“Primero lo digital”La consigna “Digital first” se ha convertido en los últimos años casi en un mantra entre las empresas de comunicación e información en el mundo. Un concepto que causa mucho resquemor en la “periferia” por el temor a que lo digital termine destruyendo el principal motor del negocio de los medios tradicionales, que suele ser el diario impreso.Por eso Phelps aclara que si no se apuesta decididamente a tomar posiciones de vanguardia en lo digital, otros lo harán y nuestro diario de papel terminará cayendo; mientras que si nuestro medio se convierte en referente en Internet, con un buen trabajo de transición, en lugar de perder, se terminará potenciando el impreso.El dogma “Primero lo digital”, explica también, no significa textualmente que todo nuestro contenido pasa primero a Internet y luego al papel, sino que cada plataforma tiene sus propios formatos, recursos y “reglas”, por lo que “Digital First” se refiere más a un cambio cultural que implica tener presente desde la primera etapa de pre-producción que cada cobertura debe pensarse simultáneamente para todas esas plataformas.En esa línea apunta, además, que otra palabra “incómoda” para muchos medios tradicionales, como es “innovación”, no significa en realidad “crear algo nuevo todos los días”, sino “crear la cultura de saber adaptarse, experimentar y aprender de los errores”.“Espero que el impreso dure mucho tiempo”Durante su exposición en Buenos Aires, Andrew Phelps se expresó contundentemente en contra de las profecías que desde hace ya incluso décadas vienen pronosticando la “muerte” del diario impreso.Según él, “no creo que desaparezca porque es un formato muy interesante, es muy práctico y además genera un vínculo más personal, por lo que espero que dure mucho tiempo. Lo que no puede el impreso es marcar el camino de lo digital”, matizó.En este sentido, reflexionó también que de hecho “el periodismo impreso ha ido cambiando su formato, porque empezó a entender que lo que pasó ya lo sabe todo el mundo y entonces no se puede simplemente contarlo, así que ahora lo que se está haciendo es explicar, contextualizar y analizar todo aquello que la gente ya sabe que pasó”.
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