La información que le llega a la ciudadanía en general respecto a los proyectos y obras que son prioridad para el Estado, suele adoptar un carácter eminentemente técnico y venir contaminada por interpretaciones o intereses que dejan afuera más de una vez lo importante, y que interesa al ciudadano, para insistir o machacar en conceptos que “lleven agua al molino” del gobierno de turno. Las idas y venidas respecto a la construcción de las represas de Corpus y Garabí, que en estos días volvió a plantearse públicamente, al conocerse que están en la agenda del Ministerio de Energía y Minería de la Nación, son un ejemplo paradigmático de ello. Desde la cartera que dirige el polémico ministro Aranguren se informó que a fines de septiembre estará conformada la Plataforma Argentina e Hidroenergía (Plahe), que elevaría en un 245% la capacidad de generación hidroeléctrica actual, dando por hecho que la decisión de llevar a la práctica más de 55 proyectos depende exclusivamente de la cartera ministerial. La “niña mimada” del Plahe, informó el Ministerio, no sería otra que la represa de Corpus, sobre el río Paraná, una obra rechazada por los misioneros en un histórico plebiscito. El funcionario que hizo los anuncios, recogidos por la Agencia Télam, incluyó a la represa de Garabí-Panambí dentro de las iniciativas más importantes para el Plahe, con la aclaración de que las obras se dividirán en dos partes y recogerían los reparos de ambientalistas en cuanto a la parte misionera, que se haría en Panambí y no en el emplazamiento en Roncador. Los misioneros que se preocupan por conservar el más trascendente legado que integra su cultura, el ecosistema natural dotado de una riqueza en biodiversidad sin parangones en el país, reciben con preocupación esta información. Preocupa en particular la sistemática omisión del plebiscito sobre Corpus, vigente en tanto no exista similar pronunciamiento en contrario, y la Ley Provincial de Soberanía Energética, que exige un plebiscito previo para cualquier proyecto hidroeléctrico y establece condiciones en caso de hacerse. Todo indica que las lagunas en la información no son casuales, son parte del atropello.
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