El edificio de la casi centenaria Escuela 106 de esta ciudad (en abril de este año cumplió 95 años) muestra sus 68 de uso intensivo y, cada vez con mayor fuerza, su comunidad requiere que el Estado se haga cargo de su completa refacción. En la actualidad, el edificio construido por el gobierno nacional en 1949 es ocupado por cuatro instituciones educativas: una nocturna, un Núcleo de Educación de Nivel Inicial (Neni), un Centro Educativo Provincial (Cep) y esta escuela primaria. Basta con entrar al establecimiento educativo para ver el deterioro de puertas y ventanas, donde incluso faltan vidrios. Cuando llueve, los pasillos están mojados porque el agua se filtra por las goteras. Cuando hace frío, como esta semana, los chicos lo padecen porque nada impide su paso por las ventanas rotas o los tablones que faltan de las puertas. Según contó su directora , Elisa Vega, en numerosas oportunidades solicitó la refacción de la escuela. Hasta ahora, solo consiguió un fondo de 80 mil pesos que le envió el gobierno nacional y que utilizó para construir nuevos sanitarios para las niñas y niños de primaria. Pero la lista de lo urgente es mucho más amplia e incluye la construcción de acceso asfaltado a la escuela y un mejor tinglado, “el que nos hicieron, no impide que entre el sol en pleno verano ni la lluvia cuando llueve”, describió la docente. “Estamos pintando la escuela, pero con eso no hacemos nada”, admitió. Esfuerzo comunitarioPese a que la mayoría de los alumnos pertenecen a familias de escasos ingresos, la escuela cuenta con el apoyo de los padres que aportan para la cooperadora. “La colaboración de los padres es la única manera que tenemos para disponer de fondos para comprar elementos de limpieza. Ahora también pusimos alarmas porque nos robaron muchas veces, la verdad es que nos falta seguridad”, admitió la directora. También con fondos propios, la 106 logró instalar aires acondicionados en las aulas, “durante el verano, hace demasiado calor. Por más que esta sea una escuela pública y nuestros alumnos sean de familias muy humildes, todos necesitamos venir a una escuela donde podamos estar cómodos”, indicó Vega. A la Escuela 106 asisten unos 400 alumnos de primero a séptimo grado. Tiene jornada extendida (de 7.30 a 14.45) y pese a servir desayuno y almuerzo, tiene un alto ausentismo en los días de lluvia. “Podemos entender que no vengan cuando cae una tormenta en el horario de entrada, pero tampoco vienen cuando apenas llueve. Las maestras no pueden avanzar en los temas”, lamentó la directora.
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