Un año, seis meses y seis días. Eso duró la “aventura” del paraguayo “Pantera” (38). Tras saltar el muro de la Unidad Penal Federal 17 de Candelaria, en diciembre de 2015, su rastro se perdió en aguas del río Paraná. Sin embargo, el último jueves sus pasos volvieron a hacerse visibles. La Policía Nacional del Paraguay lo detuvo cerca de la Terminal de Ómnibus de Encarnación junto a otros dos hombres en plena investigación por el violento asalto a la mujer de un cambista.Sobre el remisero nacido en Asunción pero domiciliado tanto en Buenos Aires como en Jardín América, a cien kilómetros de Posadas, recaía un pedido de captura internacional. En la capital provincial había sido condenado por narcotráfico. No obstante, sobre sus espaldas también pesa una condena por ultimar de tres disparos a su pareja, en Capital Federal, en 2010. En Paraguay es considerado un “peso pesado”.Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, el acusado fue apresado el último jueves por orden del letrado Enrique Díaz, titular del Ministerio Público de Encarnación, en el marco de una investigación por el robo “motochorro” de 30 mil dólares -480 mil pesos argentinos- a la mujer de un cambista de encarnación, hecho perpetrado el último 8 de junio en esa localidad.Díaz inició una pesquisa que el último jueves lo llevó a allanar una pensión cercana a la Terminal encarnacena. Allí se detuvo a tres hombres y una mujer. La identificación de los mismos no fue sencilla: todos presentaban distintos documentos de identidad.Después de un “trabajo fino” se pudo establecer quiénes eran los apresados. Los tres son paraguayos y todos tienen antecedentes por narcotráfico en Argentina. Sin embargo, uno de ellos enseguida llamó la atención del fiscal Díaz: tenía pedido de captura internacional por el crimen de su mujer, hecho perpetrado en Buenos Aires en 2010.Según los registros, fue sentenciado por ultimar de tres disparos a la víctima, episodio por el que cuenta con una condena ante el Tribunal Oral en lo Criminal 5 de Capital Federal.Antecedentes en MisionesLa sospecha es que tras cometer aquel ilícito, “Pantera” se refugió en Misiones, donde finalmente fue apresado, pero no bajo aquella investigación, sino en una pesquisa por narcotráfico.El prófugo terminó preso en octubre de 2011, acusado de integrar una banda que cayó con 82 kilogramos de marihuana en un VW Golf que había salido minutos antes de una vivienda de calle Los Andes, entre Sucre y Guayaquil de Jardín América, donde al parecer almacenaban el estupefaciente.Rodeado por las pruebas, “Pantera” aceptó su responsabilidad en aquella pesquisa y el lunes 7 de abril de 2014 firmó un juicio abreviado como coautor de “tráfico de estupefacientes”, por el que recibió una condena de cuatro años y medio.El sospechoso cumplía esa sentencia y la anterior por “homicidio simple” en la cárcel de Candelaria, a 20 kilómetros de Posadas, cuando decidió que ya era suficiente. Alrededor de las 8 del miércoles 9 de diciembre de 2015, aprovechó un descuido de la guardia, saltó un muro y regresó a la libertad.Desde entonces, su paradero se transformó en un misterio irresuelto. El último jueves, finalmente, la Justicia paraguaya lo encontró mucho más cerca de lo que cualquiera hubiera imaginado, en pleno Encarnación, con sus presuntos cómplices, a sólo 30 kilómetros del complejo penitenciario del que huyó en una fuga de película.
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