Resulta de sumo interés analizar el requerimiento desde diferentes eslabones de la cadena yerbatera la solicitud de la reconsideración de la Resolución Nº 29 de 2017 emanada del Inym, cuyo texto dicta suspender la cosecha de hoja verde de yerba mate durante septiembre, por considerarla perjudicial para todos y cada uno de los eslabones que conformamos la cadena yerbatera. La oposición a la norma no posee solamente razones laborales-sociales, sino que: No cosechar en septiembre, interfiere e introduce daños biológicamente hablando al vegetal en cuestión interfiriendo en su ciclo vegetativo natural, sin desconocer el daño actual con abundante caída de follaje provocado por el exceso pluvial que vienen padeciendo las provincias de Misiones y Corrientes, únicas productoras de yerba mate en la República Argentina, que resultará en una merma considerable del volumen final de la materia prima destinada a la secanza.Por lo expresado, comparto la idea de revisar la Resolución y acceder a que durante el mes de septiembre, se pueda continuar con la cosecha de hoja verde en toda la extensión del área yerbatera.Aspectos biológico – técnicosPodemos aclarar que, las oscilaciones anuales de la producción a veces bastante pronunciadas, se deben a la cantidad de lluvia caída: durante los años suficientemente húmedos, en el período de crecimiento, se producen tres (3) brotaciones, resultando una producción mucho mayor que la de los años con sequía en los cuales se producen dos (2) brotaciones, pero cuando el exceso de lluvias es como el registro actual, la afectación del follaje y su caída es irreversible. Factores imprevistos como el granizo, y el referido exceso de lluvias, malogran el máximo rendimiento que deberían alcanzar las plantas cultivadas inteligentemente. En los datos sobre composición química que figuran en la mayor parte de las publicaciones relativas a la yerba mate, se observan notables diferencias que algunos autores explican como debidas a los diversos métodos empleados por los diferentes investigadores, mientras otros los atribuyen a las varias procedencias de las muestras realizadas, lo cual es exacto en gran parte.Los muchos análisis efectuados, definieron, en muestras de yerba mate de un mismo lote de plantas, que operando un mismo analizador y empleando el mismo método de análisis, el material analizado revela siempre diferencias apreciables, lo que se explica por ser muchos los factores que intervienen en la modificación de la composición química de la yerba mate, de los cuales algunos dependen del medio ambiente actuando sobre el material verde en la planta, mientras que otros pueden modificarse a voluntad durante los procesos de la elaboración.1. Observaciones generales En sus orígenes, el cultivo de la yerba mate, se ha desarrollado sin la influencia eficaz de toda experimentación previa ni conocimientos racionales sobre la elección de la mejor variedad, en cuanto se refiere a la mejor calidad y mayor cantidad de hojas, ni de la técnica de la explotación de las plantas, como tampoco de los estudios sobre métodos de elaboración del producto, bases esenciales de toda explotación agrícola industrial. El cultivo de la yerba en el territorio de Misiones comenzó por medio de semillas de las plantas de los yerbales nativos. Los primeros plantadores, al extraer las semillas de esas plantas, no lo hacían teniendo en cuenta una variedad determinada, la extraían de todas las plantas que se encontraban a su alcance, lo cual se explica por carecer aquéllos de mayores conocimientos a que ajustarse. Posteriormente, para las nuevas plantaciones se servían en parte de las semillas de plantas ya cultivadas, y a la vez la de las plantas de yerbales naturales, entre las que, claro está, comenzaron a producirse cruzamientos. Estos cruzamientos aumentaron aún más cuando empezó el cultivo en gran escala, dado que la única forma eficaz de propagación de la yerba mate que se adoptó era por semillas, todos los demás modos de multiplicación en aquellas épocas resultaron inaplicables. Se observó que durante el verano las plantas de un mismo yerbal, podadas al mismo tiempo, no brotan conjuntamente: unas brotan antes que otras, con diferencias de hasta 20 – 25 días. Difieren también por el modo de brotar y por la cantidad de brotaciones producidas durante el año. La planta de yerba mate, como todas las plantas de hojas perennes o persistentes, crece durante todo el año, aumentando su proceso vegetativo en la primavera y disminuyéndolo cuando llegan los días con bajas temperaturas. Pero, los productos cosechados, siempre están compuestos por mezclas heterogéneas de hojas de distintas edades, y esa heterogeneidad varían según las características climáticas del año, además, la composición química de las hojas de la yerba mate varía según la edad, durante todo el año, entre límites bastantes amplios; las hojas de diferentes aspectos morfológicos, así como las diferentes edades, se comportan distintamente durante las operaciones de transformación/elaboración, y el producto obtenido de un yerbal dado, tendrá sus características organolépticas, así como su composición química, distinta cada año.2. Las brotaciones de yerba mateLa planta de yerba mate generalmente produce durante el año dos brotaciones principales: una primaveral, en los meses de octubre – noviembre y otra de verano, en diciembre – enero. En lo años en que las condiciones climáticas y cuidados culturales son favorables, la planta produce una tercera brotación otoñal en los meses de marzo – abril. En esta época la planta presenta el equilibrio funcional de sus órganos y suficiente reserva de material de construcción, por lo cual esta brotación es casi siempre muy reducida; generalmente en los meses de abril – mayo, sobrevienen días con temperatura baja que impiden el desarrollo completo de esta brotación.La cosecha de yerba mate efectuada en invierno estará representada por una mezcla heterogénea de hojas de estas dos o tres brotaciones, cada una de las cuales tendrá las hojas de distinta edad y desigual composición química, y el producto obtenido tendrá características organolépticas diferentes, según el mes de la recolección de las hojas, puesto que se realiza en forma general desde el mes de mayo hasta inicios del mes de octubre.Las plantas podadas en invierno comienzan a brotar en agosto – septiembre, y en los meses de septiembre, octubre y noviembre tienen hojas de una sola brotación, es decir, la brotación primaveral, en la que mientras aparecen las últimas hojas de la misma, las primeras tienen 60 días y más. En el mes de diciembre se produce la brotación de verano, y las plantas cosechadas en este mes, separando las hojas correspondientes a las dos brotaciones, dieron sus respectivos porcentajes calculados sobre el peso total de las hojas de la planta. Las características organolépticas de los productos obtenidos en los diferentes meses del año, demuestran que las yerbas recogidas en los primeros cinco meses del crecimiento de las hojas son inservibles
para el consumo, por estar compuestas por las hojas nuevas, y que se obtienen los mejores productos recolectando las hojas en los meses de mayo, junio y julio.Además, las observaciones directas demostraron que las plantas podadas en los meses de mayo, junio y julio, al llegar la primavera, brotan con mucho más vigor que las podadas en meses anteriores o posteriores. Las mismas observaciones demostraron que los yerbales mal cuidados, mal podados, de plantas demasiado antiguas y podadas tardíamente (octubre / noviembre) casi nunca producen la brotación de otoño, y que la brotación de verano es generalmente muy reducida.A lo largo de toda la cadena agroalimentaria, los alimentos como el caso de la yerba mate, experimentan distintas transformaciones que les agregan valor, hasta que finalmente llegan a los consumidores. En este trayecto que para el caso de un cultivo como el nuestro, se inicia en la cosecha manual o mecánica en menor medida, su estado vegetativo o estadío de crecimiento y desarrollo, tienen mucho que ver con el producto final obtenido en el momento de la cosecha.Si bien no comparto aquellas reglas que impiden el acceso a un mercado y que establecen o determinan a quien vender o a quien comprar, o cuando vender, o cuando comprar o cuando cosechar, o cuando plantar, no se pueden soslayar el cumplimiento de las normas que tengan que ver con exigencias en la calidad del producto final, con la dignidad laboral, en el cumplimiento de las normas fiscales, en los aspectos legales del Código Alimentario Argentino y con el medio ambiente. En todo caso se deben reconocer “regulaciones” que establezcan normas de desempeño y no “regulaciones” que exijan cómo cumplir con las normas. Las normas de desempeño alientan a la creatividad para poder acatarlas, mientras que las normas que establecen cómo hacer una cosa, bloquean la innovación creativa.ConclusionesPara el caso de la PROHIBICIÓN DE COSECHA durante la época de brotación (OCTUBRE – NOVIEMBRE) , si bien no hay un lapso rigurosamente estricto en lo cronológico, está dirigida a la obtención de un producto alimenticio de calidad y “pensando” en el recurso suelo, no debe dejarse de lado que, en el momento de la prolífica brotación, el CULTIVO tiene ALTA DEMANDA en nutrientes y el SUELO una BAJA OFERTA de los mismos, lo que provoca un desbalance en el recurso principal de la sustentabilidad yerbatera. Cuando en el directorio del Instituto Nacional de la Yerba Mate –INYM- , surge esta discusión restrictiva, se pensó en una acción que garantizara para nuestra yerba mate el merecido espacio de permanencia en los negocios y en la ingesta habitual de los consumidores argentinos. No se desconoce que la yerba mate es un cultivo estratégico desde el punto de vista de la ocupación de mano de obra, y actualmente desde el INYM se procura expandir su consumo a diversos países, así como ampliar sus usos, sumando al de la infusión, la utilización de sus principios activos con fines medicinales.Por todo lo expresado, y a favor de la cosecha en el mes de septiembre, cualquier consideración que limite el ejercicio de la libre función del comercio de cada sector, provocará un daño irreversible tardando varios años en recuperarse, en un momento económicamente crítico a nivel provincial, nacional y mundial, donde hay que priorizar el mantenimiento de las fuentes de trabajo.Es de esperar que el INYM provoque los cambios que la cultura yerbatera necesita en cuanto al nivel de educación productiva y de transformación, conocimiento y compromiso sobre el tema yerbatero, planificación de la capacitación y concientización que la yerba mate es un organismo viviente y se lo debe tratar como tal. Escribe: Roberto Montechiesi – Ingeniero AgrónomoFuente: Trabajos de investigación del autor, consultas, “Análisis de la composición química de la yerba mate” Dr. Jacobo Tarabanoff, charlas con Ing. Arturo Muttinelli año 1992/93 et al. Aclaración: La recopilación de datos, la nota y las propuestas, fueron realizadas por el autor, sin comprometer en ellas a los organismos, entidades u organizaciones gremiales en las cuales reviste o representa
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