Una testigo declaró en las últimas horas en sede judicial y complicó a los detenidos por <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/248319/hallaron-muerto-a-un-sindicalista-en-posadas.html">el crimen del gremialista Pablo Sabino?Achingo (58)</a>. La joven, conocida de la víctima, aseguró que el garrote que las autoridades secuestraron en uno de los vehículos incautados a la banda pertenecía al sindicalista asesinado en un presunto intento de robo.Así lo pudo confirmar PRIMERA EDICIÓN en base a sus fuentes, que revelaron que la muchacha primeramente describió con precisiones el madero incautado y posteriormente, frente al elemento, lo reconoció como propiedad del dirigente. Ese garrote apareció en la guantera del VW Suran secuestrado en una vivienda del barrio San Jorge, a una cuadra de la comisaría seccional Octava, donde el auto había sido escondido. En la noche de ese mismo viernes 8 de junio, el rodado fue sometido a pericias y el mencionado elemento apareció en la guantera del conductor.La declaración de la joven ante el magistrado Marcelo Cardozo, titular del Juzgado de Instrucción 1 de la capital provincial, no hizo más que confirmar al menos una de las teorías que sostienen los investigadores, que apuntan a que con ese elemento los autores golpearon a Achingo hasta dejarlo inconsciente. El dirigente moriría luego por asfixia, después de que los homicidas intentaran prenderlo fuego vivo.Ese testimonio se suma a la prueba de odorología forense realizada el miércoles, que encontró indicios que determinarían que Achingo estuvo en la butaca trasera del Citroën C-4, el otro auto secuestrado a los detenidos. Las pruebas genéticas serán las que confirmen esa hipótesis, basada en el luminol y en los rastros de sangre levantados de ese vehículo y del inmueble de avenida Santa Cruz casi San Martín donde la víctima habría sido interceptada.Mientras tanto, <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/248829/con-fotos-los-cinco-detenidos-por-el-caso-achingo-desfilaron-ante-la.html">los cinco detenidos continúan tras las rejas</a>. Se trata de una joven de 22 años, presunta “entregadora”, y cuatro hombres de 23, 24, 25 y 30. A su turno, todos declararon ante Cardozo, se dijeron inocentes y aseguraron que no se conocen entre sí. Los cinco permanecen imputados por el delito de “homicidio en ocasión de robo”, que prevé penas de 10 a 25 años de prisión.Achingo fue hallado sin vida alrededor de las 6 del miércoles 7 de junio en la intersección de las calles 127 y 82, en el barrio Santa Rita.De la <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/248661/reconstruyen-los-ultimos-minutos-de-pablo-achingo.html">reconstrucción judicial</a> surge que en la madrugada de ese día, después de jugar al fútbol 5, dejó en casa a un amigo y se encontró con una conocida en Francisco de Haro y Santa Cruz. Esa joven -sería la detenida- lo convenció para que lo acompañara a buscar algunas cosas a otro punto de la ciudad.Se supone que se trata de la vivienda de Santa Cruz y San Martín. Achingo ingresó engañado al lugar y fue sometido a golpes hasta que quedó inconsciente. Los autores aparentemente querían robarle, pero al verlo así pensaron que estaba muerto. Fue por ello que idearon un plan para deshacerse del cuerpo: dos de ellos tomaron el Renault Fluence de la víctima y lo incineraron en el Acceso Oeste. Otros dos cargaron a Achingo en el Citroën C-4 y lo llevaron hasta Santa Rita, envuelto en una colcha, sábanas y una toalla. Allí lo abandonaron e intentaron prenderlo fuego. En ese lugar fue encontrado por un estudiante que caminaba hacia la escuela.
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