Fresca, sencilla y con un potencial creativo que está saliendo a la luz. Dialogar con Yanina Semle es una caricia al espíritu, pues así como se la ve radiante tiene un camino de búsqueda, luego de tocar el vacío y un sinsentido en su vida. Es licenciada en Marketing y le falta la tesis para Comercio Internacional, siempre estudiando y conociendo nuevas alternativas, pero un día se convirtió en mamá de dos niñas y “dejé todo, dejé de ser yo para dedicarme a full a ser mamá y esposa”, piensa y se pone seria. Pero “un día me di cuenta que no era feliz, que me faltaba algo y era yo”.Dicen que la mujer que se cultiva internamente transforma el mundo que la rodea y es lo que está logrando luego de retomar ese contacto que de niña había esbozado con dibujos, pinturas y esculturas de barro. “Hice vitrofusión con Ernesto Engel, y me gustó mucho trabajar con el yeso para dar las formas a los moldes. Descubrí que me gustaban las esculturas, pero ¿quién enseña eso acá?”. Y viajó a Oberá una vez por semana a aprender a moldear, darle forma a rostros, cuerpos y hasta se anima hoy a crear unas velas únicas, con contenidos de flores, rodajas de cítricos, “lo que encuentro, lo que me sale” y “me llené de velas así que las comencé a vender para poder hacer más”. Cómo una mujer puede convertir su vida de manera inconsciente, dejando de lado su propio ser interior y luego, salir a buscarlo. Yanina confiesa que hace de todo, “me encanta descubrir técnicas, hago todo y voy cambiando. Amo las transformaciones de mis creaciones y creo que eso es lo que voy descubriendo en mí. Creo que el arte hizo que me vaya conociendo a mí misma porque cuando doy forma a una escultura me sale de adentro. No podría hacer algo a pedido porque todo lo voy creando porque tengo ganas de hacerlo”. En el taller de su casa, un espacio que creó a medio terminar y donde convive con murciélagos que gustan del lugar, ella reconoce que estando allí se olvida del tiempo, “nadie me dice nada, soy libre. Siento paz, una sensación como que ‘es mi lugar’, esa soy yo. No me importa estar manchada, con las uñas sucias. Estoy ahí y es un desafío, un proceso difícil que me genera satisfacción, me quedo hasta tarde, estudiando o trabajando, aunque tenga que levantarme temprano”. Hay cosas en la vida que no se pueden dejar para después, y menos el contacto con nuestro interior. Yanina también estudia decoración y sigue transformándose, creciendo y creando su vida. PorRosanna [email protected]
Discussion about this post